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jueves, 30 de junio de 2011

PASION EN EL EGEO CAP 25

CAPI DEDICADO A MI SIS CHULA QUE LA QUIEROOOOOOOOOOO CON TODO MI CORAZÓN .:)


-Estás enfadada conmigo por el embarazo. Te entiendo -dijo suavemente mirándola a los ojos-. Quiero saber qué piensas de este bebé. Sé que es difícil para ti tomar una decisión, pero hay que hacerlo. Tenemos que ser sinceros el uno con el otro.
¿Qué quería decir con aquello? Todavía no había tenido tiempo para asumir que estaba embarazada y que iba a tener un bebé. Se sentía culpable de no poder ofrecer un padre a aquella criatura. Además, dudaba de su capacidad para ser una buena madre. Pero no estaba dispuesta a admitir todo aquello delante de nick.
-No voy a abortar.
-No es eso lo que te estoy pidiendo. Es mi hijo también. Para mí, la familia es lo primero, así me lo inculcaron. Este niño es parte de la próxima generación de los jonas. Si hubieras querido deshacerte de él, habría tenido que hacerte cambiar de opinión.
-No te creo -dijo miley con tristeza.
-Si quisiera desentenderme de este niño, te daría una importante ayuda económica para que nada os faltara. Pero no podría vivir ignorando a mi hijo. Necesito ser parte de su vida. Al fin y al cabo es sangre de mi sangre. Mi abuelo fue un ejemplo para mí cuando mis padres murieron.
-¿Por qué?
-Cuando murieron, jerry estaba a punto de retirarse de los negocios y casarse con una mujer mucho más joven que él. Yo tenía once años. Pero jerry se sacrificó y se mantuvo al frente del Imperio jonas  para mantener mi legado. Aunque estaba muy enamorado, rompió con aquella mujer a la que no le gustaban los niños.
-No quiero que te sacrifiques por mí, miley -dijo miley llorando.
-No lo hago por ti, sino por nuestro hijo -dijo nick-. Somos adultos y podemos buscar una solución. Me aseguraré que el niño se críe en un ambiente estable.
-No me hables como si fuera la última persona capaz de educar a un niño -protestó miley.
-No te enfades, no es eso lo que estoy diciendo. Pero no podemos negar que lo mejor para este niño es que viva con sus padres y que éstos estén casados.
-miley estaba contrariada. Se sentía cansada y se sentó en el sofá.
-Repite eso. ¿Casados?
-Obviamente tendremos que casarnos –dijo mirándola con sus brillantes ojos cafés.
-Estoy dispuesta a hacer lo que sea por nuestro hijo, pero no estoy tan loca como para casarme con un hombre como tú.
-¿Qué quieres decir con eso? -preguntó nick, molesto.
-Aunque te vas a casar con otra mujer, has sido capaz de serle infiel y de acostarte conmigo: por si eso fuera poco, me has pedido que fuera tu amante. ¡No creo que fueras un buen marido!
-Seré un padre y un marido perfecto.
-Déjalo estar. ¡No serás mi marido! -exclamó miley y levantó la barbilla.
Apareció de nuevo el sirviente y anunció que la comida estaba servida.
-No tengo hambre -dijo miley tajante. -Pero seguro que el bebé sí, así que harás un esfuerzo por comer algo.
-Está bien -cedió ella tras unos segundos de duda.
Se dirigieron al comedor, donde la mesa estaba puesta con una bonita y delicada vajilla. Pero miley apenas pudo reparar en ello. Estaba sorprendida de que nick estuviera dispuesto a romper su compromiso para darle su apellido al niño. Tal y como le había prometido en la isla, estaba dispuesto a hacerse responsable del embarazo.
-No deberías juzgar mi relación con selena -dijo nick mientras comían-. No conoces los acuerdos que tengo con ella ni tienes por qué conocerlos. Es un asunto privado entre ella y yo.
-Es una manera de reconocer que no eres capaz de ser fiel a nadie y que no tienes la menor intención de cambiar.
-nick se quedó quieto, mirándola fijamente.
-Te he pedido que te cases conmigo. Deja ya de hacerme reproches -dijo él, haciendo que miley se sonrojara-. Por lo que a mí respecta, haré todo lo posible para que nuestro matrimonio funcione.
-¿Por el bien de nuestro hijo?
-Por el de todos.
-¿Te gustan los niños?
-Mucho.
Aquello sorprendió a miley. Le gustaban los niños. Eso quería decir que pensaba tener hijos con selena gomez. ¿Estaría enamorado de selena? No siempre el amor y la fidelidad tenían que ir juntos. Había personas para las que la fidelidad no era lo más importante. Sin embargo, sí que lo era para ella. Quizás estaba tan enamorada de él, que no estaba dispuesta a compartirlo con otras mujeres.
-Dime en qué estás pensando -dijo nick observándola. Estaba apoyado en el respaldo de su silla, con una copa de vino entre las manos. Era un hombre inteligente, educado y sofisticado. Además de muy guapo.
-No creo que funcione. Somos muy distintos. Estamos todo el día discutiendo.
-Así será mejor. Además, no olvides que nos va muy bien en la cama, pethi mou -dijo nick con una pícara sonrisa.
-Eso no es suficiente para que funcione -dijo miley apesadumbrada.
Aunque estaba enamorada de él, no estaba dispuesta a casarse. Lo amaba demasiado como para permitir que se sacrificara por ella y dejara a selena, con la que tenía mucho más en común. Definitivamente sería más feliz con selena. Se conformaría con que la ayudara económicamente a sacar a su hijo adelante.
Después de todo, selena no tenía culpa de lo que había pasado. Recordó lo mal que lo había pasado cuando descubrió que Rory le había sido infiel con brandi y no deseaba que otra mujer pasara por lo mismo por culpa suya.
-No estás siendo sincera conmigo -dijo nick, interrumpiendo sus pensamientos-. Estás enamorada del novio de tu hermana y, ahora que tienen problemas, confías en que vuelva contigo.
-¡Eso es una tontería! -le dijo miley, furiosa. Echó la silla hacia atrás y se puso de pie. De repente, se sintió mareada y se desmayó.


lunes, 27 de junio de 2011

TORMENTA DE AMOR CAP 2


Mientras nick conducía con los ojos clavados en la carretera, miley lo observaba. Ningún hombre debería tener unas pestañas tan larguísimas. Le encantaban sus ojos. Eran de un tono marrón oscuro, siempre llenos de amabilidad e inteligencia. Y hacían un bonito contraste con su pelo rizado oscuro.
Era el mejor amigo que había tenido nunca y lo quería mucho. Era estupendo poder ser ella misma cuando estaban juntos, ser aceptada sin condiciones. Como viejos amigos que eran, compartían sus pensamientos y sus sueños. Incluso le hablaba sobre sus conquistas. miley suspiró mientras se quitaba el cinturón de seguridad.
-Póntelo, miley. Ya conoces las reglas.
nick era como un hermano mayor.
-Me estoy poniendo cómoda -dijo ella, moviendo los brazos para quitarse el abrigo. Cuando lo consiguió, se inclinó para quitarse las botas-. Ah, esto está mejor -sonrió, moviendo los dedos de los pies dentro de los gruesos calcetines.
Después, colocó las piernas sobre el salpicadero y se echó hacia atrás, como si estuviera en su propia casa.
nick levantó las cejas. Su mirada iba de la carretera a su alegre compañera de viaje.
-¿Quieres que sujete el volante mientras te quitas la chaqueta?
-No -contestó él.
Lo había dicho con voz ronca, como si estuviera resfriado.
-¿Te duele la garganta?
-No.
-nicky... -suspiró ella-. Hoy no pareces tener muchas ganas de hablar.
nick paró en un semáforo que había a la entrada de la autopista y se quitó la chaqueta.
Aunque aquel día llevaba vaqueros, iba vestido al estilo “profesor”, como siempre: jersey azul marino sobre una camisa azul clara. El bulto que había debajo del jersey era la calculadora, de la que no se separaba nunca. Cuando miley miró hacia abajo, vio que, al menos, se había puesto unas botas negras. Le gustaba cuando se ponía botas y vaqueros y se preguntó cómo estaría con una camisa de franela a cuadros.
O sin camisa.
Ese pensamiento, que apareció justo cuando cambiaba el semáforo y nick entraba en la autopista, la sorprendió.
-¿Tienes alguna camisa de franela? -le preguntó, incapaz de quitarse la imagen de la cabeza.
-Sí. ¿Por qué?
miley se encogió de hombros.
-No sé. Siempre vas tan... arreglado. No sabía si tenías ropa informal.
Él la fulminó con la mirada.
-Como los hombres de verdad, ¿no? Unos pantalones rotos, por ejemplo. O una camiseta manchada de grasa.
Ella soltó una carcajada.
-¡No te pongas tonto! Yo no he dicho que no fueras un hombre de verdad.
-Al contrario de lo que tú crees, ir sucio no es ser más masculino.
Aparentemente, nick estaba muy sensible aquel día. Para calmarlo, miley apretó su brazo, dispuesta a pedir disculpas para ponerlo otra vez de buen humor.
Pero la disculpa murió ante otro pensamiento: “¡Vaya bíceps!”.
nick tenía el brazo de un leñador, no de un economista. Duro, con los bíceps bien marcados. No se había dado cuenta de lo grande, lo duro que se había puesto últimamente.
La idea hizo que sintiera un cosquilleo en el estómago. Y más abajo. “Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que tuve pensamientos indecentes con nicky”.
El músculo era tan duro como una piedra y, sorprendida, no podía apartar la mano.
-Me pongo lo que me gusta, miley. Como haces tú, supongo.
Pero ella se había olvidado de la ropa porque estaba concentrada en algo más interesante.
-¿Vas al gimnasio? -preguntó, esperando alguna explicación para el repentino cambio.
nick no la miró.
-Juego al tenis y voy a nadar tres veces por semana. Ya lo sabes.
-¿Y de dónde has sacado estos músculos? -sonrió miley, deslizando una mano por su brazo.
Pero nick se puso tenso y ella decidió recuperar su aspecto modosito.
-Como la mayoría de los de mi género, me hice un hombre alrededor de los veinte años.
-¿Hace nueve años? Pues he debido estar ciega.
-Estabas demasiado ocupada haciendo locuras como para fijarte en mí -replicó él.
Eso sonaba como una queja. miley sonrió.
-A partir de ahora, prometo prestarte más atención.
nick la miró con una expresión extraña y, sin decir nada, encendió la radio. Lo cual parecía una señal para que dejara de decir tonterías. Nunca había dicho tonterías delante de nick, pensó, sorprendida.
Pararon dos veces, una para poner gasolina y la otra para comer. Afortunadamente, no hubo más tonterías por su parte. Charlaron como solían hacerlo, bromeando y contándose cosas.
miley le habló sobre el último chico con el que había roto porque era un pesado y nick puso mala cara. Él le contó que había comprado muebles nuevos. Era como en los viejos tiempos, agradable y divertido. Le encantaba estar con él.
Una hora después, miley empezó a bostezar.
-¿Te importa si duermo un ratito? Anoche me acosté muy tarde y he tenido que levantarme pronto para hacer la maleta.
-¿Por qué te acostaste tarde? ¿O no debería preguntar?
-Estuve en una fiesta -explicó ella-. Seguro que tú anoche te acostaste a las ocho y tenías la maleta hecha a las seis.
-A las cinco, en realidad -sonrió nick-. Anda, duérmete. Aún nos faltan dos horas para llegar.
-Gracias.
Entre la música bajita, el calor de la calefacción y el suave movimiento del jeep, miley se quedó dormida. Y curiosamente, soñó con nick... sin camisa. Y, en su sueño, ella exploraba esos nuevos músculos que le habían salido sin que ella se diera cuenta.
Se despertó bruscamente al oír el ruido de los frenos y a nick mascullando maldiciones. Debía haber dormido más de lo que pensaba porque estaban en medio de la montaña, en la carretera que llevaba a su casa.
miley abrió los ojos y vio un ciervo en medio de la carretera.
nick había frenado a tiempo, pero el jeep seguía deslizándose, como a cámara lenta. Sin que pudiera hacer nada para evitarlo, golpeó al animal, que saltó sobre el capó. Las ruedas patinaron en la carretera helada y, por fin, cayeron al arcén.
A ella no se le ocurrió pensar si estaban heridos. Solo podía mirar el cuerpo del ciervo sobre el capó.
-¡Dios mío!
-¿Te has hecho daño?
Los ojos de su amiga estaban llenos de lágrimas.
-El ciervo...
-No te muevas -dijo él, abriendo la puerta del jeep.
El ciervo intentaba levantarse y nick dio un paso atrás para permitir que huyera, pero el pobre animal, asustado, golpeó el parabrisas con una pata. El cristal empezó a agrietarse poco a poco. nick no se movió, sabiendo que si lo hacía, se pondría más nervioso. Pero un segundo después, con agilidad, el ciervo saltó al suelo y salió corriendo hacia el bosque.
-Por su forma de correr, no creo que esté herido. ¿Has visto cómo corría?
-He visto la patada que le ha dado al parabrisas -sonrió miley.
De repente, la sonrisa de nick desapareció.
-Oh, no.
Su expresión la asustó.
-¿Qué pasa?
-Estás sangrando, cariño -dijo él, tocando su frente.
-¿Qué?
 miley se miró en el retrovisor y tuvo que ahogar un gemido. Tenía un corte en la frente y la sangre caía por su cara, tiñendo su cabello.
-Qué horror.
De repente, era como si estuviera metiéndose dentro de un túnel. Oyó a nick llamándola, pero su voz solo era un susurro.
Y entonces se desmayó.

domingo, 26 de junio de 2011

PASION EN EL EGEO CAP 24

FIN DEL MARATOON CHICAS Y MI SIS HERMOSA SARI AQUI VIENE UN CAP LARGO .



ESTABA incómoda con el sobrio traje de chaqueta marrón que se había puesto, sentada en un elegante salón de la planta ejecutiva del Edificio jonas. Tomó una revista de arquitectura de la mesa mientras esperaba y la abrió al azar. Se encontró con un sonriente primer plano de nick. Rápidamente, cerró la revista y la dejó donde estaba.

-¿Señorita cyrus? -dijo la mujer que la había recibido y le entregó un teléfono inalámbrico-. El señor jonas me pide que lo disculpe en su nombre. Está en una importante reunión y quiere hablar con usted.

miley se acercó el auricular a la oreja.

-Estoy muy contento de que por fin hayas venido a verme. Comeremos juntos -dijo nick al otro lado de la línea. Al fondo se oían voces masculinas.

-Pero... -comenzó a decir miley.

-No puedo hablar ahora. big rob te acompañará al lugar donde vamos a ir a comer. En una hora habré acabado y estaré contigo.

Antes de que pudiera decir nada, nick colgó. Habría sido mejor haberle avisado antes de ir a verlo, pensó miley.

-Por aquí por favor -le indicó el guardaespaldas.

Por primera vez en su vida, miley viajó como pasajera de una lujosa limusina. Pero no consiguió relajarse. Estaba muy nerviosa. ¿Adónde se dirigían?

Por fin llegó a un exclusivo bloque de apartamentos y fue conducida hasta el ático. Imaginó que ese sería el lugar donde nick vivía cuando estaba en Londres.

Ya en el salón, miley descubrió que la decoración era impersonal y que no había libros ni fotografías; no había nada que indicara cuáles eran los gustos del propietario de la casa. Oyó voces y ruidos de cacerolas en la cocina, así que imaginó que allí sería donde iban a comer.

-miley -oyó que la llamaban. Ella se giró y lo vio al otro lado del salón-. Tenemos que celebrar este momento histórico.

nick llevaba un impecable traje gris que le sentaba de maravilla. Su sonrisa iluminaba su rostro. miley sintió cómo su corazón comenzaba a latir con fuerza. Un segundo más tarde, se acordó de selena y sintió una punzada de dolor en su interior.

-¿Qué momento histórico es el que tenemos que celebrar? -dijo miley haciendo un es fuerzo por concentrarse en lo que tenía que decirle.

-Este apartamento es tuyo. Lo compré para ti al poco tiempo de que nos liberaran. Si no te gusta, podemos buscar otro.

-Si has comprado este apartamento para mí, has cometido un error. Un error muy caro.

-¿Por qué dices eso? Sabes que quiero que estemos juntos. ¿Por qué te resistes? -preguntó nick-. Por cierto, tienes aspecto de estar cansada.

-En eso tienes razón -admitió miley-. Tengo algo que decirte. La única razón por la que he venido a verte...

-Espera. Hablaremos de ello mientras comemos -dijo nick con suavidad.

-No puedo esperar -se detuvo unos segundos y decidió decírselo sin dar más rodeos-. Estoy embarazada.

-nick se quedó petrificado.

-¿Estás segura? -preguntó él después de un largo silencio. El tono de su voz revelaba lo impresionado que estaba por la noticia.

-Sí, fui al médico ayer y me confirmó lo que sabía.

-¿Y pensabas decírmelo en la oficina?

-Ten en cuenta que no sé dónde vives cuando estás en Londres. No tenía otro sitio donde encontrarte. ¿O acaso no lo recuerdas? -dijo miley y sacudió la cabeza-. Eso lo explica todo. Estoy embarazada de un hombre del que ignoro hasta el lugar donde vive.

-Y eso, ¿qué importa?

-Olvídalo. Eres un ser despreciable.

-¿Quieres beber algo? -preguntó nick con su voz profunda, ignorando lo que le acaba de decir.

-Lo que tengas.

-Desde luego que no beberás nada que tenga alcohol -dijo él tajante.

-No hacía ni diez segundos que se había enterado de que estaba embarazada y se comportaba con total dominio de la situación.

-Veo que sabes mucho de embarazos.

-Lo que sabe todo el mundo -dijo nick con su habitual falta de modestia.

-Pues espero que sea más de lo que sabes sobre los riesgos de dejar a una mujer embarazada.

-Los dos somos culpables de ello -afirmó él levantando una de las cejas.

-En Mos, yo confié totalmente en ti. Me hiciste muchas promesas. Me dijiste que estarías conmigo si algo salía mal... -dijo miley y se detuvo para buscar las palabras adecuadas-, pero no creo que vayas a cumplir tus promesas.

-No estás acostumbrada a confiar en los hombres. Yo soy diferente y cumplo mi palabra.

-¿Qué quieres decir? -dijo miley enfadada.

-Tienes que darme una oportunidad. Vamos a tranquilizarnos y dejar esta estúpida discusión.

-Estoy de acuerdo, pero no olvides que tú has sido el hombre que más daño me ha hecho -dijo miley dispuesta a enfrentarse a él-. Este embarazo estropea los planes que tenía hechos para mi futuro.

-nick no dijo nada. Aquel embarazo también afectaba a su futuro, a sus negocios y, por supuesto, a su familia. El acuerdo con los gomez quedaría roto y sería el comienzo de una dura batalla. Los accionistas se pondrían nerviosos y eso afectaría al precio de las acciones y, por tanto, a sus empresas. Se vería obligado a despedir a parte de sus empleados y a trabajar muy duro.

miley miró por la ventana tratando de contener las lágrimas. Sus emociones estaban a flor de piel y se esforzaba en mantener la calma. El médico la había advertido de los cambios de humor que experimentaría como consecuencia de su estado. Desde luego no recordaba haber llorado tanto como en los últimos días. Sentía que no hacía nada bien. ¿Qué sentido tenía hacer que nick se sintiera culpable? Al fin y al cabo, era una mujer adulta y tenía que ser consecuente con sus actos y asumir su responsabilidad.

-De pronto, apareció en el salón un sirviente a la espera de recibir instrucciones. nick le dijo algo y enseguida les sirvió un brandy a él y un refresco a ella.

-Estaba acostumbrado a tener personas a su alrededor dispuestas a hacer lo que les ordenase, y a no hacer nada por sí mismo, pensó miley. Ahora entendía por qué se había sorprendido tanto al verla cocinar en la isla.

PASION EN EL EGEO CAP 23

De vuelta a casa, miley compró una prueba de embarazo. Apenas pudo dormir aquella noche. Por la mañana, hizo acopio de fuerzas y decidió que era hora de afrontar la realidad y hacerse la prueba. El resultado fue positivo y rompió a llorar.

¿Cómo iba a cuidar de un hijo ella sola? No podría ocuparse de su negocio de restauración de coches y criar un niño a la vez. En poco tiempo, su vida había pasado a ser un desastre y todo gracias a nick jonas.

¿Por qué la única vez que había decidido arriesgarlo todo por un hombre, las consecuencias habían sido tan nefastas? En menos de veinticuatro horas, nick había conseguido llevarla a la cama. Ella se había dejado llevar y ahora se sentía como una estúpida. Estaba claro que nick no sentía ningún respeto por ella y por eso pretendía que fuera su amante.

Pero, ¿qué había de todas aquellas promesas que le había hecho? Le había dicho que estaría a su lado si se quedaba embarazada. No confiaba en él y, además, estaba a punto de casarse con otra mujer.

miley no podía dejar de llorar. Desde el primer momento en que lo vio, le había parecido muy atractivo e irresistible. Cada vez que él sonreía, se sentía como una adolescente. Había cocinado para él y le había lavado las camisas a mano; y todo lo había hecho encantada.

Se había enamorado de él y su única preocupación había sido satisfacerlo. Ahora iba a tener un bebé, su bebé. Aquella noticia sería una bomba para nick.

Él se comportaba con la confianza y seguridad de un hombre al que la vida le sonreía. El secuestro había sido el único inconveniente al que se había tenido que enfrentar. Aun así, nick había sido secuestrado en una lujosa mansión de una isla paradisíaca, con toda clase de provisiones y una mujer con la que compartir la cama.

Sin embargo, su buena fortuna estaba a punto de terminar, pensó miley con tristeza. Tenía que darle la noticia y no sería fácil. Después de todo, ¿cómo podía decirle a un hombre a punto de casarse con otra que esperaba un hijo suyo? Un bebé al que seguro que no deseaba.

Pero tenía que decírselo. Tenía que pensar en lo que era mejor para su hijo y para ella misma. Al fin y al cabo, aquel hijo lo habían concebido los dos.

PASION EN EL EGEO CAP 22

HOLA MIS HERMOSAS LECTORAS , AQUI LES DEJO MARATÓN DEDICADO A MI SIS HERMOSA SARI.

Al día siguiente, cuando miley salió de trabajar, brandi la estaba esperando a la puerta de Limusinas Imperial.

-¿Has visto a Rory? -le preguntó su hermana.

Aunque miley nunca mentía, no estaba dispuesta a confesar que Rory había ido a verla la noche anterior.

-¿Por qué me lo preguntas? -dijo miley tratando de parecer sorprendida por la pregunta.

Se fueron a tomar un café y brandi le contó lo que había pasado.

-Quería darle celos. Últimamente me ignoraba y decidí hacerle creer que me estaba viendo con alguien. Pero no es cierto. Tan sólo quiero hacer que reaccione.

-Pues parece que lo has conseguido.

-Pero tampoco pretendía que hiciera las maletas y se marchara -dijo brandi-. Ahora Rory cree que estoy saliendo con mi jefe desde que me vio flirteando con él en la fiesta de Navidad. Tuvimos una pelea y quise hacerle daño, así que dejé que pensara lo peor.

miley estaba empezando a marearse.

-¿No hueles ese perfume? Es demasiado pesado y me aturde.

-A mí no me molesta. Recuerdo cuando estaba embarazada de Sophie. Algunos olores me molestaban -dijo brandi-. Como te decía, mi intención era poner a prueba a Rory.

-¿A prueba?

-Nunca me dice que me quiere. Probablemente se cansó de decírtelo a ti. Como apenas le hacías caso...

-Por favor, déjalo estar, no saques ese tema.

-Dejaste escapar a Rory -sentenció brandi-. Primero dejaste aquel trabajo tan bueno que tenías sin consultarlo con él, luego te pusiste a conducir limusinas y, después, le pediste tiempo para pensar si querías casarte con él.

miley apretó los labios. Aunque todo aquello era cierto, no le gustaba que le recordaran el pasado.

-De eso hace ya mucho tiempo.

-Mi relación con Rory nunca ha sido fácil. Siempre me he preguntado si está conmigo sólo porque tuvimos a Sophie.

-Rory te quiere -dijo miley tratando de animar a su hermana.

-¡Pero nunca me lo dice! -protestó brandi.

-Es evidente que te quiere.

-¿De verdad? Voy a llamarlo para quedar con él esta noche y así hablar -dijo brandi y se levantó. Estaba a punto de irse cuando se detuvo a buscar algo en su bolso-. Casi se me olvida. Seguro que te gustará ver esto.

brandi sacó una revista y la abrió por una página en la que aparecía una fotografía de nick acompañado de una mujer .

-Ya veo -dijo miley sin mostrar ningún sentimiento.

-No puedo creer que no me hablaras de lo atractivo que es nick jonas-dijo brandi.

-El armador griego,nick jonas, con su prometida selena gomez, abriendo el baile de un fiesta benéfica en Atenas -dijo miley, leyendo el pie de foto.

-Es un hombre muy guapo.

-Sí -admitió miley y observó a selena. Era una atractiva morena  vestida con un impresionante vestido blanco y un fabuloso collar de brillantes al cuello.

Aquella foto lo aclaraba todo: selena era la mujer perfecta para él. Era rica, guapa y de su misma clase social. miley sintió que se le hacía un nudo en la garganta.

-¿Estás bien miley? -dijo brandi mirándola con preocupación.

-Hace mucho calor aquí -dijo y se apresuró a salir de allí.

-No sabía que él y tú... No te habría enseñado esa fotografía de haberlo sabido.

-No quiero hablar de ello -dijo miley tratando de contener sus emociones.

-Parece que no tienes suerte con los hombres. Primero fue Rory, luego ese liam y ahora...

-Déjalo -la interrumpió  miley.

Por una vez en su vida, brandi se calló.

viernes, 24 de junio de 2011

NUEVA NOVE TORMENTA DE AMOR

HOLA CHICAS , ESPERO QUE TODAS ESTEN BIEN .

BUENO CHICAS AQUI LES VOY A DEJAR OTRA NOVE QUE ES CORTA Y MUY LINDA , SI COMENTAN LA DEJO .

TORMENTA DE AMOR :



  miley siempre había visto a nick como su mejor amigo, nada más. Y él, fastidiado, había tenido que verla salir con un montón de hombres. Lo último que miley parecía desear era una relación estable. Un día, sin embargo, atrapados en una tormenta de nieve, miley empezó a mirar a nick de forma diferente. Pero él quería mucho más que una noche.

CAPITULO 01:
La nieve caía en copos gigantes, tan preciosos, tan fríos. nick jonas aparcó su viejo, pero fiel, jeep frente a la acera. No tuvo oportunidad de salir del coche e ir hacia la puerta como debe hacerlo un caballero. miley cyrus, vestida de blanco de los pies a la cabeza, bajó saltando los escalones de su portal, con una bolsa de viaje colgada al hombro.
nick bajó del jeep y se frotó las manos para entrar en calor.
-¿Lista? -sonrió, apartando la mirada de aquella preciosa cara para abrir el maletero.
Incluso forrada de los pies a la cabeza, le parecía la mujer más sexy del mundo.
-Sí -sonrió miley, tirando la bolsa dentro del coche.
Después, poniéndose de puntillas, le plantó las manoplas blancas sobre la cara para darle un beso.
nick se quedó inmóvil durante un segundo. Debería estar acostumbrado a esos gestos. Ella era un espíritu libre, afectuosa con todo el mundo, no solo con él.
Pero eso no pudo evitar que reaccionara ante el beso. Habían crecido juntos y miley seguía viéndolo como el chico de la puerta de al lado, no como a un hombre maduro.
nick, sin embargo, sí la veía a ella como una mujer. Cuando eran unos críos, miley invadía sus sueños con inocente sensualidad; como mujer, hacía que se despertase por la noche cubierto de sudor.
Pero tuvo que sonreír al ver la naricilla roja de su amiga y los copos de nieve que caían sobre su gorro. Solo algunos rizos castaños escapaban del casquete que la cubría hasta las cejas.
Sin dejar de sonreír, alargó la mano para tocar un original pendiente.
-Muy bonitos -dijo, para distraer sus sensuales pensamientos.
-Gracias, nicky -sonrió ella, moviendo la cabeza para hacerlos bailar-. Me los hizo una amiga. ¿A que te gustan?
nick tuvo que contener una sonrisa.
-Sí, mucho -afirmó. Un golpe de viento lanzó nieve helada sobre su rostro-. ¿Lista?
-Siempre -contestó miley, mirándolo con sus traviesos ojos azules.
Él sacudió la cabeza. miley cyrus era la reina del doble sentido, una coqueta que podría volver loco a cualquier hombre. Y le encantaba hacerlo.
nick  había crecido deseándola mientras la veía salir con otros chicos. Incluso le contaba sus secretos, como si él fuera una de sus amigas, obligándolo a escuchar detalles sobre quién era el que mejor besaba, quién le metía la lengua hasta la garganta o quien tenía los labios más bonitos. La señorita miley cyrus había torturado su adolescencia.
Como adulto, y a pesar de que conocía muchas mujeres, la deseaba más que nunca. Pero ella solo lo veía como una red de seguridad. Un colega. Eran tan diferentes como la noche y el día y, desgraciadamente, solo amigos. Eso no cambiaría nunca.
Y si miley hubiera notado repentinamente que era un hombre y quisiera una relación más íntima, él se habría negado. Tenía demasiado orgullo como para ser uno más. miley siempre había tenido más de un hombre correteando a su alrededor y nick Rock no quería ser un nombre más en su lista.
Aquel día se dirigían a casa, en Carolina del Norte, para pasar unos días. nick por un asunto de negocios, ella para asistir a la despedida de soltera de una amiga. Mientras él tendría que dedicarse a la calculadora, miley estaría de juerga en un bar con hombres desnudos o algo así. Desde luego, eso definía el estilo de vida de cada uno mejor que nada. miley era divertida, alocada, veía el lado bueno de la vida y él... él había estado loco por ella desde que tenía doce años.
Dentro del jeep se estaba calentito y nick dejó escapar un suspiro. Ella se quitó las manoplas y el gorro antes de abrocharse el cinturón de seguridad.
-No sabes cómo te agradezco que me lleves a casa, nicky. Dudo mucho que mi deportivo hubiera podido subir por la montaña, sobre todo con esta nieve.
nick arrancó el jeep y miró por el retrovisor.
-Me alegro de que no lo hayas intentado. ¿Por qué compraste un coche tan absurdo?
-¡Mi coche es maravilloso! -sonrió miley, apoyándose en el respaldo del asiento-. ¿Qué querías, que me comprara un viejo jeep como el tuyo? Este es un coche de tíos.
-Pues a mí me lleva a todas partes.
-Siempre hacia arriba, ¿eh?
El sarcasmo no le pasó desapercibido.
-Dudo mucho que mi jeep tenga algo que ver con mi carrera.
-Pero estás consiguiendo lo que querías, ¿no? ¿No acaban de ascenderte otra vez?
Él se encogió de hombros. Lo habían ascendido un mes antes, ofreciéndole una excelente posición en la directiva. Por el momento, estaba consiguiendo todos sus objetivos profesionales. El único objetivo que no había conseguido era que miley cyrus lo mirase como a un hombre y no como a uno de sus amigotes... y eso no lo conseguiría nunca. De modo que mejor olvidarse.
-¿Qué tal te van las cosas? -preguntó, cambiando de tema.
Veía a miley al menos una vez al mes y hablaban por teléfono todas las semanas. Los dos se habían ido de Carolina del Norte a Ohio. Como él tenía tres años más fue el primero en mudarse, después de terminar la carrera, para trabajar como economista en una gran empresa. miley lo había seguido poco después, terminando sus estudios en la universidad de Ohio. Luego, encontró trabajo en una peluquería modernísima y de la carrera de derecho... Aún no había empezado a ejercerla. Pero el resultado era que, además de ser vecinos desde pequeños, apenas se habían separado nunca.
Mientras nick estaba loco por ella, miley lo trataba como si fuera su hermano mayor, o un eunuco. Un coleguita. Alguien con quien podía ser ella misma.
-Aún no te he dicho cómo me van las cosas y tú ya estás poniendo mala cara -sonrió miley.
-No es eso. Estaba pensando en mis cosas.
-¿Qué cosas?
-Nada que te interese.
Ella, juguetona como siempre, le dio un puñetazo en el hombro. Afortunadamente, llevaba una chaqueta de cuero y apenas lo notó.
-Cerdo. Seguro que era algo jugoso.
“Si tú supieras...”
-No era nada importante.
-Eres humano, nicky. Debes tener pensamientos perversos como todo el mundo.
nick se preguntó qué diría si supiera que ella era la protagonista de sus perversos pensamientos. miley desnuda, en su cama... Pero nunca lo sabría.
-Deja de dar rodeos y dime qué andas haciendo.
O cambiaba de tema o tendría que bajar la ventanilla para enfriarse.
-Muy bien. Pero es un viaje largo, así que acabarás contándomelo todo -suspiró ella-. La verdad es que, últimamente, me aburro un poco. No salgo con nadie, no hay nada nuevo en mi trabajo... Me teñí el pelo de rosa durante unos días, pero pensé que a mi madre le daría un infarto si me viera, así que me lo quité.
-Rosa, ¿eh? -sonrió él-. Seguro que estabas muy mona.
-¡Por supuesto! -rio miley, pasándole una mano por el pelo-. Tú tienes un pelo estupendo, nicky. Si te lo dejaras un poco más largo, podríamos hacer algo con él.
Al sentir el roce de sus dedos, nick tuvo que aclararse la garganta.
-El pelo largo no pega con mi imagen.
-Pues podrías buscar una nueva -sonrió ella, inclinando la cabeza a un lado, pensativa-. ¿Qué tal una imagen de play boy?
-Sí, claro. Nadie, y menos tú, se tragaría eso.
miley se acercó un poco más, hasta quedar pegada a su brazo.
-Subestimas mis talentos. Creo que deberías considerar la idea. Sería divertido.
En ese momento, nick pensó que podría considerar cualquier cosa. En el interior del coche, con el aroma de miley rodeándolo... aquel aroma que era tan atrevido y sensual como ella y que lo volvía loco.
Como siempre.
Ella tenía una mano en su brazo, la pierna doblada y una sonrisa en los labios.
Como había dicho, iba a ser un viaje muy largo. Seis horas por lo menos.
Y tenía la impresión de que iría sufriendo todo el camino.





PASION EN EL EGEO CAP 21


NICK lo soltó y se colocó los puños de la camisa.

-¡ Váyase!

miley estaba temblando, asustada por el comportamiento de nick. Aunque era obvio
que Rory deseaba irse, no estaba dispuesto a dejarse amedrentar por aquel hombre.

-Será mejor que te vayas Rory. Estaré bien.

nick miró por la ventana. Estaba sorprendido por su reacción. No sabía qué le había pasado. Últimamente, nada le salía bien y todo le molestaba. Su abuelo jerry también se había percatado de su cambio de actitud desde que había vuelto de la isla.

-Quiero que te marches -dijo miley interrumpiendo sus pensamientos-. No quiero hablar contigo.

nick la estudió detenidamente. Estaba pálida y más delgada. Era evidente que estaba tan triste y frustrada como él.

-¿Qué estaba haciendo Rory aquí?

miley se sonrojó. Recordaba que el único asunto personal que le había preocupado a nick durante el tiempo que habían estado en la isla había sido su relación con Rory.

-Rory y brandi tienen problemas. El necesitaba hablar con alguien.

-No creo que te necesite a ti para resolver sus problemas -dijo nick arrastrando las palabras.

-Si no te vas tú, me iré yo -anunció miley. -Sólo quiero cinco minutos de tu tiempo. Finalmente, miley accedió.

-Hacemos una buena pareja, pethi mou. Te he echado tanto de menos -dijo dando vueltas por la habitacion.

-Lo único que has echado de menos es el sexo. No te preocupes, podrás superarlo -dijo miley con frialdad.
-Extraño tu compañía. No me había pasado con ninguna mujer -admitió nick.

-Pero vas a casarte con otra mujer -dijo ella tomando su bolso.

-Así es y no puedo dejarla. Pero te quiero. Quiero tenerte para mí, que seas mi amante. Te daré todo lo que quieras.

-Menos el derecho a tenerte para mí sola.

-Ninguna mujer tiene esa suerte.

¿Qué podía esperar de un hombre que le pedía con total naturalidad que fuera su amante? Estaba acostumbrado a salirse siempre con la suya y a que las mujeres hicieran lo que él quería. Claro que su prometida tenía algo de culpa en todo aquello por darle la libertad de hacer lo que quisiera. Era rico, guapo y fantástico en la cama. Cualquier mujer estaría dispuesta a acostarse con él. Seguro que había habido alguna que como ella había pensado que podría hacerlo cambiar. Pero ahora veía que eso era imposible y que nunca dejaría de ser un mujeriego.

-¡miley cyrus!

-Deja de decir mi nombre. No te importan mis sentimientos.

-Eso no es cierto -dijo mirándola a los ojos.

-Nunca me has preguntado por mis cosas.

Además, tenía derecho a saber que ibas a casarte., Si lo hubiera sabido, nunca habría estado contigo.

-Theos mou. Ninguno de los dos estaba dispuesto a ocultar la atracción que sentíamos el uno por el otro.

-Tú ni siquiera lo intentaste.

-Para tu información, lo hice la primera vez que te vi. No estaba dispuesto a acostarme con una mujer que trabajaba como chófer -admitió nick  con rostro serio.

-Eres despreciable -gritó miley saliendo de la habitación-. Cierra la puerta cuando salgas. nick salió tras ella hasta la calle.

-Te estoy diciendo la verdad. ¿Desde cuándo es delito ser sincero?

-Me ofende tu falta de tacto y lo arrogante que eres. ¿Y cómo puedes decir que has sido sincero? Me ocultaste que estabas comprometido a pesar de que te pregunté si había alguien en tu vida.

nick estaba furioso. Sus guardaespaldas miraban sorprendidos la escena.

-Pues no te volveré a llamar. Ni vendré a verte -dijo levantando la voz, tratando de mostrar que estaba al mando de la situación-. Serás tú la que tendrá que venir a verme.

-¡Ni en sueños! ¿No has tenido suficiente?

nick caminaba un paso por delante de ella. De pronto, la hizo detenerse y la acorraló entre sus brazos.

-Desde luego que no -dijo mirándola intensamente.

-¿Qué quieres decir? -preguntó miley. Aunque estaba furiosa con él, se sentía excitada.

Cristos acercó su boca a la de miley y se fundieron en un cálido y húmedo beso.

-No puedo esperar, pethi mou. Necesito tenerte.

miley se alejó caminando con piernas temblorosas. Por un lado, lo odiaba, pero a la vez lo necesitaba. Sus ojos se llenaron de lágrimas. Le daba rabia ser tan débil. Pero conseguiría olvidarlo, se dijo, al igual que había hecho con Rory.


jueves, 23 de junio de 2011

PASION EN EL EGEO CAP 20

CAPI DEDICADO A TODAS MIS HERMOSAS LECTORAS Y A MI SIS PRI QUE PIDIO EL CAPI.


MILEY apretó el botón de su contestador automático para escuchar los mensajes que tenía. Todos los que había eran de nick y se le oía muy enfadado.

Era muy cabezota y no estaba dispuesto a que ella lo rechazara. Estaba más enojada consigo misma que con él. Había creído que era un hombre especial y se había entregado a él. ¿Cómo había podido ser tan tonta?

El único interés de nick había sido el sexo y ni siquiera lo había disimulado en la semana que habían pasado juntos. Él se había mantenido frío y había controlado sus sentimientos, pero ella se había enamorado.

Hacía tres semanas que había regresado de Grecia, pero no conseguía que su vida volviera a ser la de antes. Le costaba dormir y apenas tenía apetito. A pesar de lucir una permanente sonrisa en el trabajo, por dentro se sentía sola y vacía.

Del secuestro nunca se supo nada más. Un abogado de los jonas la había recogido en Atenas y la había ayudado a hacer las gestiones necesarias para volver a casa. También la informó de que liam hemsworth y otros hombres habían muerto en un accidente.

Volvió al trabajo y comprobó que la limusina con la que tuvo el accidente estaba reparada. Su jefe le pidió que fuera discreta y que no comentara nada sobre el secuestro. Que dijera que se había tomado unos días de vacaciones. Era evidente el interés de la familia jonas en mantener oculto el asunto del secuestro.

En un esfuerzo por animarse, miley decidió que había llegado el momento de abrir el garaje especializado en reparación de coches clásicos con el que siempre había soñado. Hacía dos años que su abuelo había fallecido y su herencia había pasado a brandi y a ella. Por ello, contaba con unos buenos ahorros, así que no sería difícil que el banco le concediera un crédito.

Pero todavía no había ido al banco. Su periodo se retrasaba y estaba asustada de que nick la hubiera dejado embarazada. No se había hecho ninguna prueba, ni había acudido a visitar al médico, confiada en que aquellos temores no fueran realidad. Al fin y al cabo, nick había puesto cuidado salvo en un par de descuidos.

Sus pensamientos fueron interrumpidos por unos golpes en la puerta. Se sorprendió al ver a Rory. Desde que rompieran y él se fuera a vivir con su hermana, nunca había ido a verla. Sus ojos azules reflejaban cansancio y su traje estaba desarreglado. Hacía tiempo le había parecido un hombre atractivo. Ahora le parecía vulgar.

-¿Qué pasa? ¿Qué estás haciendo aquí? ¿Está enferma brandi?

-Hemos roto -anunció con solemnidad.

-¿De verdad? -preguntó miley sorprendida.

-Sí, ayer me fui de casa.

miley se quedó sin palabras. No sabía qué decir. Deseaba que no hubiera ido, ya que sólo le traería problemas. brandi se enfadaría mucho si supiera que Rory había ido a verla.

-¡Qué lástima! Lo siento mucho. ¿No será un enfado pasajero?

-No. Tu hermana está con otro hombre -dijo Rory-. ¿Puedo Pasar?

Tratando de ser amable, miley lo invitó a entrar haciendo un gesto con la mano.

-Seguro que es un malentendido, Rory.

-No, se está viendo con su jefe. Yo creía que brandi iba al gimnasio por las tardes, pero resulta que pasa las tardes con él. ¿Sabes cómo me he enterado? -preguntó Rory amargamente-. La noche en que informaron a tus padres del secuestro vinieron a casa. Yo fui a la universidad a recoger a brandi y su profesor me dijo que hacía meses que no iba a clase.

-A brandi no le gustará que me hayas contado todo esto.

De pronto, sonó el timbre de la puerta y miley fue a abrir la puerta, aliviada por la interrupción. Era nick. Al verlo se quedó paralizada. Vestía un impecable traje color beis y estaba más guapo de lo que lo recordaba.

-Tenemos que hablar. ¿Estás con alguien? -dijo nick y entró sin esperar a que miley lo invitara a hacerlo.

-Este es Rory, el novio de mi hermana -dijo desconcertada.

-¿Qué está haciendo aquí? -preguntó nick apretando los puños.

Estaba enfadado. Aquel era Rory, el hombre del que miley le confesó que estaba enamorada y ahora estaba allí, a solas con ella.

-miley yo somos buenos amigos -dijo Rory.

nick se acercó a Rory y lo tomó por las solapas de la chaqueta.

-No quiero que esté cerca de ella. No soy tonto y he visto el modo en que la mira. Soy un hombre muy celoso, ¿me entiende?

-nick ¿te has vuelto loco? -preguntó miley horrorizada-. ¡Suéltalo!

-Déjeme -dijo Rory tan pálido como la pared que había a su espalda.

nick lo soltó y se colocó los puños de la camisa.