capitulo 32

LOS DÍAS siguientes fueron los más felices para miley días mágicos en los que atesoró cada instante de dicha en su corazón. nick volvió a ser el hombre que ella recordaba, y no volvió a mostrarse enfadado o rabioso con ella. miley sabía perfectamente que él no había olvidado todo lo que ella había hecho, pero esperaba que hubiera empezado a perdonarla al igual que ella estaba empezando a perdonarlo también por su traición.

Eso era durante el día. Por las noches, miley y nick se unían con una pasión que no parecía tener fin. Había momentos tan bellos en sus encuentros que miley estuvo a punto de llorar en un par de ocasiones.

Pensando en todo eso, miley suspiró con satisfacción al tiempo que acariciaba suavemente el brazo fuerte y bronceado que le rodeaba la cintura. Estaban tumbados el uno pegado al otro de ese modo que a miley tanto le gustaba. Le hacía sentirse protegida y, aunque fuera un poco tonto por su parte, también se sentía querida.

Suspiró de nuevo, y nick se movió un poco; entonces comprendió que estaba ya despierto.

—Pareces un poco triste —fue lo primero que le dijo nick. —¿Qué te pasa? Pensaba que estabas a gusto aquí —le preguntó él con voz somnolienta.

—Y lo estoy —concedió miley de inmediato. —Este lugar es precioso,— y me encanta tu familia. son unas personas tan cálidas y generosas. desty los adora.

—Eso es porque le dan todo lo que quiere —concluyó nick en tono seco. —Acabarán mimándola.

miley se echó a reír.

—Sí, pero ya verás como la niña  está bien educada —añadió con cierta satisfacción. —Te he dicho ya lo mucho que he sentido tenerte apartado de élla.

Él sonrió.

—Sí, pero puedes decírmelo otra vez si quieres —la invitó mientras le deslizaba la mano por la cadera y el muslo y le colocaba la pierna encima de la suya para poder acurrucarse más a ella.

miley suspiró de anticipación al notar su erección, que en un segundo despertó su deseo.

—No creo que sea conversación lo que quieres —lo miró con sensualidad.

Él sonrió.

—Hay conversación y hay... —giró las caderas provocativamente— conversación —añadió en tono sensual.

Ella se rió por lo bajo, ardiendo ya en deseos de sentirlo dentro.

—Ah, ahora lo entiendo. Cuentan más los hechos que las palabras —coqueteó mientras le daba un beso provocativo en los labios. —¿Y tú sabes que para cada acción hay una reacción igual?

—Oh, sí. Cuento con eso —dijo él en tono ronco antes de proceder a besarla ardientemente.

Ese beso llevó a otro, y ese otro a otro más; y al poco rato estaban los dos perdidos en un mundo de placeres, ajenos a todo lo que los rodeaba.

Más tarde nick y miley se ducharon y vistieron y fueron a buscar a desty, que ya estaba desayunando con la familia.
-buenos dias . dijo la familia.
-buenos dias .
- creo que ya empezaron la tarea de hacer hermanitos o itas a destiny.
-eso hace tiempo - respondio nick , mientras miley se sonrojaba.
-joe y nick dejen su conversacion para otro momento - dijo denise.
tomron el desayuno con la familia , luego hablaron un rato hasta que todos se pararon y quedaron denise , kevin padre , destiny , miley y nick.

—¿Quieres ir al centro comercial?

miley asintió rápidamente.

—Sí, me encantaría.

—Quedense a comer por ahí —les urgió denise. —les  viene muy bien estar un rato a solas. Diviertanse.

—¿Estás intentando deshacerte de nosotros? —le preguntó nick con pesar.

denise esbozó una sonrisa de conspiración.

—desty y yo tenemos planes, así que no nos hacen falta aquí —les hizo un gesto con la mano. —vayan a divertirse. Y no vuelvan hasta que no esten agotados.

nick se puso de pie, muerto de risa.

—De acuerdo, mensaje recibido. desty hija , pórtate bien, y a lo mejor te traemos algo del centro comercial —le prometió a su hija; entonces miró a su mujer. —¿Estás lista?

miley se puso de pie también.

—Voy por mi bolso. Espérame en el coche —entonces se volvió hacia denise. —¿Estás segura de que te las arreglaras con destiny? A veces es un poco difícil.

—No te preocupes, nos las arreglaremos bien. Pasad un buen día, y tomaos todo el tiempo que necesitéis —añadió kevin padre, dándole unas palmadas en el brazo.

—Gracias —suspiró miley mientras se agachaba un poco para besar a la mujer en la mejilla.

Entonces le acarició la cabeza a su hija y se metió en la casa.

Diez minutos después, nick y ella iban tranquilamente por la carretera de los angeles, disfrutando sin prisa de la mañana, y miley se recostó en el asiento y se sintió más relajada de lo que se había sentido en mucho tiempo. O al menos hasta que nick habló.