nileylove

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true love

domingo, 31 de julio de 2011

PRIVATE INVESTIGATION CAP 2


Era una noche que iba a recordar
nick jonas tiró el catálogo de zapatos al suelo de la habitación del hotel, luego apagó la lámpara de la mesita de noche y se reclinó con las manos juntas detrás de la cabeza. La luz de la luna entra­ba a través de las puertas abiertas de la terraza, y le recordó lo que había pensado antes al verla. Que era una luna para amantes. Hizo una mueca. La única amante que había tenido en los últimos años era su empresa de zapatillas, Solé Survivor. Bueno, quizá no era del todo honesto. Había esta­do delta en Texas. Nanette en Dakota del Norte. Wendy en Washington. En ese momento se dio cuenta de la correlación existente entre los nom­bres y los estados y frunció el ceño. Sea como fuera, la relación con cada una de ellas no había durado más de un par de semanas. El tiempo sufi­ciente para que hubieran descubierto que su em­presa era lo primero y todo lo demás iba en un lejano segundo puesto; y para que él descubriera que una vez descartado el sexo, tenía muy poco en común con cualquiera de ellas. Aunque tampo­co era muy importante. Hacía tiempo que había llegado a la conclusión de que no llevaba en la sangre sentar la cabeza.

Su hogar estaba en Minneapolis, pero tenía una casa en San Francisco, un piso en Chicago y un apartamento en Nueva Jersey, y probablemen­te no fuera capaz de recitar el número de teléfo­no de ninguno de ellos. El importante era el nú­mero de su teléfono móvil.

Pero últimamente en su cabeza había empeza­do a resonar el número uno, el número de su so­ledad. Lo notó durante el viaje hecho a Nuevo México, después de cerrar el trato con Shoes You Use. Los negocios como ese siempre le provoca­ban una sonrisa. Pero por algún motivo los tres meses que había estado cortejando esa cuenta, agasajando primero a los representantes de la empresa, luego a los jefazos, le habían resultado anticlimáticos.

Había descubierto que le sucedía algo cuando dedicó las cuatro horas que había pasado en el lo­cal para hombres a mirar los pies de las bailari­nas, concentrado en los planes para ampliar su colección de calzado para incluir zapatos de dia­rio. Ante sí tenía a mujeres fantásticamente escul­pidas con pechos perfectos y lo único que despertaba su fascinación eran los pies de ellas.

Se movió incómodo. Estaba razonablemente seguro de que los representantes a los que había invitado a ese local no habían notado su distrac­ción. No era lógico, ya que ellos habían hecho lo que por regla general hacen los hombres cuando unas mujeres desnudas agitan ante sus caras los atributos que les ha dado la Naturaleza. Es decir, gritar, ulular y meter billetes sudados en cintas de biquinis.

Pensó que quizá él ya había ido a demasiados de esos locales. No le sucedía nada. Debía ser normal experimentar momentos en que las cosas no parecían tener mucha lógica, cuando un hombre se detenía a preguntarse qué sentido tenía todo.

Aunque lo desconcertaba no haberlo experi­mentado antes.

Siempre se había sentido feliz con su soltería. Desde el instituto había sido un fanático de la práctica deportiva, aunque no había dejado que su capacidad física entorpeciera su educación y se había graduado entre el diez por ciento supe­rior del colegio. Una lesión mientras jugaba al ba­loncesto universitario lo dejó ante un prolongado período de recuperación. Pero en vez de ahogar­se en la autocompasión, rastreó la lesión hasta las zapatillas que había empleado y se dedicó a dise­ñar el primero de lo que resultaría innumerables pares. Se graduó, apareció en la lista de Forbes a la edad de veinticinco años y a todos los efectos, era uno de los solteros más prósperos a ambos la­dos del Mississippi. Incluso hacía un par de años había conseguido ganarse la aprobación de su pa­dre al obtener con astucia un acuerdo de patroci­nio con un gran jugador de los Minnesota Timberwolves. Su padre, un aficionado al baloncesto de toda la vida y coronel retirado del ejército, había sonreído toda la temporada desde su localidad a pie de pista.

Tuvo que reconocer que había sido estupen­do. Y encima había ganado un aliado contra su madre cada vez que ella lanzaba  un ataque de «quiero nietos».

Debía reconocer que había sido afortunado. Hijo único. Empresario de éxito. Una existencia relativamente libre de problemas.

Entonces, ¿por qué diablos de pronto sentía que faltaba algo?

Una sombra cayó sobre la cama procedente de las puertas de la terraza. Lo achacó a una nube. Se dio la vuelta con la espalda hacia la te­rraza y dobló la almohada bajo la cabeza. Al día si­guiente tenía que repasar el inventario de la em­presa, analizar gráficos sobre el rendimiento de los otros productos. Y dedicar otra noche a ir de chico bueno y solícito.

La sábana alrededor de su cintura se movió. La observó con el ceño fruncido.

Se quedó paralizado cuando una esbelta mano femenina pasó por su cintura desde atrás. Al mis­mo tiempo, sintió un cuerpo caliente y mojado deslizarse contra su espalda. Un cuerpo caliente y mojado que estaba totalmente desnudo.

Se preguntó si se había quedado dormido y te­nía un sueño erótico como los que solía tener en su adolescencia.

La mano se posó sobre sus abdominales entre las costillas y el ombligo. El estómago se le con­trajo de forma automática. El olor a melocotones invadió su olfato. Los detalles parecían muy reales. Y si estaba dormido, quería echarle un vistazo a su chica onírica.

Se movió para darse la vuelta.

—¡No! —susurró una voz al tiempo que el brazo que le rodeaba la cintura se tensaba y la mano descendía un poco.

nick tragó saliva. Era evidente que no se trataba de un sueño.



................. continuara hahaha

viernes, 29 de julio de 2011

PRIVATE INVESTIGATION CAP 1

queridas lectoras espero que les guste el capi :D las quiero y sorry por no haberlo subido antes :D

Unos dedos resbaladizos subieron y bajaron por la superficie larga y dura. La piel se le perló de humedad, haciendo que anhelara algo que tar­daba mucho en conseguir. Apretó bien y evaluó el líquido a punto de salir, luego apoyó la mejilla contra el objeto familiar que había querido tener en sus manos todo el día.
Cuando miley cyrus quedó satisfecha con la profundidad del agua en la bañera, destapó el frasco de sales de baño y le dio la vuelta. Hipnoti­zada, observó mientras su contenido se mezclaba con el agua que caía. Estaba impaciente por des­terrar el cansancio acumulado a lo largo del día.
Se sentó en el borde de la bañera de la habitación del hotel, respiró hondo y dejó que el olor a melocotón aliviara parte de su agotamiento. ¿Quién iba a pensar que ser investigadora privada iba a ser tan penoso? Estimulante, sí. Ahí radicaba todo por lo que había aprendido a manejar un arma de fue­go, recibido seis meses de clases especializadas y estudiado hasta los detalles más íntimos de los artilugios de vigilancia. Pero en su primer caso, y en su segundo día de trabajo, se preguntaba por qué na­die le había hablado de las largas horas que había que dedicar, de las innumerables personas que no querrían hablar con ella aunque las amenazara con tortura china y, en última instancia, de la soledad del trabajo. Volvió a tapar el frasco casi vacío y se puso de pie. Le dolían los músculos que había olvidado que tenía. Se dijo que recorrer las calles en busca de una mujer que no deseaba que la encontraran no resultaba nada interesante.
Miró la hora, luego se quitó el reloj y lo apoyó en el lavabo. Era pasada la medianoche y no esta­ba más cerca de encontrar algo sobre Nicole Bennett que doce horas atrás, cuando su avión aterri­zó en el Aeropuerto Internacional de Memphis.
Casi podía oír lo que diría su madre: «Quizá te acepten en tu antiguo trabajo, querida. Estuviste seis años allí. Y además eres una trabajadora de confianza y cualificada. Estoy convencida de que entenderán que hayas cambiado de parecer».
Imaginar la conversación con su madre bastaba para que irguiera la espalda. La empresa para la que había trabajado había sido adquirida por otra compañía, y a una tercera parte de los em­pleados se les había ofrecido una jubilación anti­cipada o una atractiva indemnización. Ella había sido la primera en aceptar lo segundo. Desde luego, lo que nunca le diría a su madre era que había considerado el ofrecimiento como una señal para hacer algo más estimulante con su vida.
Se quitó la pistolera de su flamante nueve milí­metros y sopesó el arma de acero de un kilo. A pesar de las muchas veces que la había sostenido, no terminaba de habituarse a empuñarla. Se sen­tía como una cría que jugaba a los vaqueros y experimentaba la urgencia de apuntar con ella y soltar «Bang, bang». Aunque si lo hacía, el bang re­presentaría un agujero enorme en algo o alguien.
Soltó el cargador y depositó la poderosa arma sobre el lavabo junto al reloj. Tal como iban las cosas, los únicos disparos que presenciaría alguna vez serían en la galería de tiro. Hizo una mueca. No es que creyera que le dispararía a alguien si la situación lo requiriera. Había una gran diferencia entre una silueta en blanco y negro y un ser humano de carne y hueso. Pero la idea de que po­dría hacerlo si no quedaba otra alternativa, le pro­vocó una sonrisa.
Y pensar que el mayor riesgo que había corri­do la semana anterior era recibir un corte con un papel.
El problema era que en ese momento se mos­traría encantada con correr ese peligro.
Suspiró y se apartó los mechones castaños de la cara. Aunque hubiera sido un día aburrido, no significaba que no fuera a animarse al siguiente. Si se podía demostrar una acción ilegal en la desapa­rición de Nicole Bennett, entonces miley iba a desentrañarla. Lo único que necesitaba era un agrada­ble baño y una buena noche de sueño. Por la mañana las cosas no podrían parecer tan malas.
Cerró el grifo. El nivel del agua llegaba hasta la mitad de la bañera. Se quitó los pantalones, la blu­sa y las braguitas, luego entró con cautela en la bañera. Al ir acostumbrándose poco a poco a la temperatura, se miró en el espejo del baño y el corazón le dio un vuelco. Soslayó el amago de celulitis que suplicaba ejercicio en el muslo dere­cho y notó que el espejo reflejaba el espejo que había en la puerta que, a su vez, reflejaba el del dormitorio, que revelaba una vista del salón. Su­puso que algunos clientes se relajarían al contro­lar su entorno... y quizá hasta su pertinaz celulitis. Para miley solo sirvió como recordatorio de que se hallaba sola en una de las mejores suites de hotel que tenía Memphis.
Alargó el brazo para cerrar la puerta, aunque sin conseguirlo del todo. Al hundirse en las burbujas sedosas aún disponía de una rendija de visión del resto de la suite. Cerró los ojos para bloquearla.
Las burbujas le hicieron hormiguear la nariz. Se las quitó con una mano mojada que solo sirvió para empeorar la sensación. Sentía los pies como si aca­bara de correr la maratón de Boston. O como si hu­biera hecho a pie toda la distancia que separaba su ciudad natal de St. Louis de Memphis. Daría cual­quier cosa por recibir un masaje en ese momento.
De los tres chicos con los que había salido en los últimos cinco años, ninguno había sabido qué hacer con las manos. Gimió y sintió que su esta­do de ánimo descendía. Después de su último de­sastre sentimental, había abandonado la idea de encontrar a su hombre ideal, ese alma afín que se trataba en las revistas, el príncipe de cuento de hadas con el que soñaban las chicas. Había llega­do al punto en el que se habría conformado con una compañía grata. El problema era que ninguno de los chicos con los que había salido estaba inte­resado en eso. Por lo que había llegado a la con­clusión de que toda su vida necesitaba algo que la animara.
Una breve llamada sonó en la puerta de la ha­bitación. miley abrió los ojos. Quizá el servicio de habitaciones había olvidado algo. El espejo del cuarto de baño le reveló que la ensalada del chef seguía en la mesa del salón, sin tocar, con el aliño y los panecillos. A regañadientes comenzó a in­corporarse cuando oyó el sospechoso sonido de una llave en la cerradura, luego un ominoso clic que le confirmó que quien fuera había consegui­do abrir la puerta.
Alguien entraba en su habitación.
Miró con los ojos desencajados el espejo mientras se hundía más en la bañera. Lo primero que vio fueron dos manos que sostenían un arma de aspecto desagradable, que hacía que su nueve milímetros pareciera un juguete.
No tenía sentido. Había pasado todo el día es­forzándose en localizar el paradero de Nicole Bennett, y lo más interesante que había consegui­do era el eructo del propietario de una tienda de empeño. Pero era evidente que estaba equivoca­da, ya que en ese momento uno... no, dos... tres pistoleros entraban en su habitación.
Y hablando de pistolas...
Con el máximo silencio que le fue posible, alargó el brazo y empuñó el arma que había deja­do sobre el borde del lavabo. Luego desapareció por completo bajo las burbujas.

jueves, 28 de julio de 2011

NUEVA NOVE. PRIVATE INVESTIGATIONS

hola chicas :D espero que todasssss mis hermosas lectoras esten bien :D y bueno aqui les dejo el argumento de la nueva nove y el primer cap mas tardesito lo subo, si les gusta la coloco y sino se la cambio :D.


PRIVATE INVESTIGATIONS:
ARGUMENTO:

miley cyrus había sido secretaria durante muchos años y ahora estaba dispuesta a hacer cualquier cosa para tener éxito en su nuevo trabajo de investigadora privada. No había contado con la posibilidad de que unos tipos la sacaran de la bañera a la fuerza, ni con que tendría que meterse en la cama de un desconocido para huir de ellos. Aun así, tenía un trabajo que hacer y estaba decidida a hacerlo... en cuanto el guapísimo nick jonas le permitiera salir de su cama...
nick jonas sabía que los viajes de negocios conllevaban vivir todo tipo de aventuras, ¡pero nunca habría podido imaginar aquello! La impetuosa miley había hecho que la cabeza le diera vueltas y la libido se le disparara. Por mucho que afirmara que no necesitaba su ayuda,nick no podía dejarla marchar...

martes, 26 de julio de 2011

PASION EN EL EGEO FIN...

DEDICADO A TODASSS MIS HERMOSAS LECTORAS LAS QUIEROOO Y GRACIAS POR SUS COMENTARIOS :D A TODAS MIS HERMOSAS SISTERS LAS ADOROOOO.



FALTABAN treinta minutos para que el avión privado tomara tierra en suelo griego.

miley fue al baño para arreglarse. Llevaba puesto un vestido y una chaqueta de color negro y se había recogido el pelo en un moño. Ahora se veía demasiado sencilla y tampoco quería que nick se preguntara qué había visto en ella.

Había pasado todo el mes en Ashstead, la casa de campo que los jonas tenían en Devon. La primera semana la había pasado llorando y durmiendo. Luego había decidido ir a Londres a visitar a su familia, que estaba tan triste como ella por la pérdida del bebé. brandi  había aprovechado para mostrarle su anillo de compromiso. Ya de vuelta a Devon, se había dedicado a dar largos paseos. Había recuperado el apetito y se sentía mejor.

jerry se había acercado a pasar dos días con ella y, aunque tuvo que pedirle que no ejerciera de consejero matrimonial, había disfrutado mucho de su compañía y de sus historias de cuando nick era un niño.

Al final de la cuarta semana, cuando la secretaria de nick había llamado para organizar el viaje de vuelta, miley ya se sentía descansada y mucho más relajada. A pesar de ello, se le hacía muy difícil la idea de dejar a nick y que selena finalmente acabara recuperándolo. Lo había extrañado a todas horas. En muchas ocasiones, había descolgado el teléfono para hablar con él, pero no se había atrevido a hacerlo.

Nada más aterrizar en Atenas, miley subió a un helicóptero. Vio que atravesaban el mar Egeo y se preguntó a dónde la llevarían, pero no se molestó en preguntar. Aquel podía ser el viaje que pusiera el punto y final a su matrimonio. Había abandonado Londres con el temor de volver a ver a nick y descubrir lo que éste tenía que decirle.

El helicóptero tomó tierra sin que miley tuviera la menor idea de dónde se hallaban. A escasos metros, se extendía el azul turquesa del mar y la arena de la playa no tenía ninguna huella de pisadas. Le parecía estar de vuelta en Mos, pero se dijo que no era posible. Se giró y reconoció la pequeña casa que había a su espalda.

Se quitó los zapatos y salió corriendo hacia la casa. Alguien apareció en el umbral de la puerta y se detuvo sin creer que nick estuviera frente a ella. Continuó caminando lentamente mientras pensaba que estaba muy guapo con aquel pantalón claro y camisa negra. Se quedó quieto donde estaba esperando que ella se acercara.

A escasos metros de él, miley se detuvo. Estaba sorprendida por encontrarse nuevamente en la isla.

-¿Qué es todo esto? ¿Qué está pasando? -preguntó ella.

-¿No te irás a enfadar conmigo?

-Dime si hay algún motivo para enfadarme contigo. ¿Acaso hay alguien más aquí? ¿Está selena contigo? Es eso, ¿verdad?

-¿Estás de broma?selena no vendría a un sitio como éste ni loca.

miley se cruzó de brazos.

-A mí me encanta este sitio, pero no sé para qué me has traído hasta aquí -dijo ella. En aquel momento, el helicóptero se elevó y se fue-. Y ahora, ¿cómo regresaré a Atenas?

-No te irás sin mí. Siento informarte que es la segunda vez en tu vida que eres secuestrada.

-¿Secuestrada?

-Me pareció que sería una buena idea retomar nuestro matrimonio desde el principio. Cuando estuvimos en esta isla, todo era más sencillo.

miley no podía creer lo que estaba escuchando.

-¿Pretendes tenerme aquí atrapada en contra de mi voluntad para salvar nuestro matrimonio?

-Me gustaría haberlo hecho de otra manera, pero éste me pareció un sitio ideal para que hablásemos. Así no podrás irte y dejarme con la palabra en la boca.

-Quizás no quiera irme. ¿O no se te ha ocurrido esa posibilidad?

-Te recuerdo que has sido tú la que nos ha forzado a estar separados. Nada de llamadas ni de visitas...

-No quería que te quedases conmigo sólo porque estábamos casados -dijo miley tragándose su orgullo-. Quería darte la oportunidad de decidir... y estaba segura de que te quedarías con selena.

-¿Después de todo lo que hemos pasado juntos? -dijo nick frunciendo el ceño.

-Me dijo que la querías a ella.

-¿Cuándo has hablado con selena? -preguntó enfadado.

-fue a verme al hospital -dijo miley y le contó la conversación que habían tenido.

-¿Cómo puede ser tan cruel? Acababas de perder al bebé -dijo nick. Sus ojos brillaban de furia-. Mi relación con ella estaba basada en la confianza y el respeto, pero no en el amor. Entonces te conocí a ti. Pero todo se complicó. Me dijiste que todavía estabas enamorada de Rory y, cuando te vi con él en nuestra boda...

-No, no -dijo ella tomándolo de las manos-. Hacía tiempo que había superado lo de Rory, aunque tardé en darme cuenta. Eso es ya parte del pasado.

-Estaba tan enfadado y celoso el día de nuestra boda, que casi rompo el matrimonio allí mismo.

-Hace mucho tiempo que Rory es historia. Además, tú tampoco me decías cuáles eran tus verdaderos sentimientos por selena.
-Cuando me dijiste que estabas embarazada, todo lo que supe fue que quería casarme contigo. No tuve ninguna duda. Fue así de fácil.

-Para mí no fue tan fácil -protestó miley.

nick la tomó por la cintura y la hizo pasar a la casa.

-Yo estaba seguro porque te quería. ¿Cuándo te diste cuenta? -preguntó miley con curiosidad.

-En nuestra boda. Te vi con Rory. Pero creí que lo mejor sería hacer como si no os hubiera visto si no quería perderte -dijo nick mirándola intensamente a los ojos-. En ese momento, supe que haría todo lo posible para que nuestro matrimonio funcionase porque te amaba.

-¿De verdad me amas?

-¿Acaso crees que voy por ahí secuestrando a cualquiera? -bromeó nick.

-He estado tan triste estás últimas semanas... Ahora veo que no tenía razón para ello.

Lágrimas de felicidad escaparon de los ojos de miley. nick la tomó en sus brazos y la llevó al dormitorio.

-Este último mes ha sido un infierno para mí también -admitió él-. Pero no quería presionarte. Deseaba estar contigo, pero tú parecías no querer saber nada de mí.

-Yo también lo deseaba. Pero nos habíamos casado debido al embarazo -recordó miley con tristeza-. Cuando perdí al bebé, pensé que ya no había ningún motivo para continuar con nuestro matrimonio.

-¿Cómo has podido estar tan ciega? -dijo, dejándola sobre, la cama-. Lo pasábamos muy bien juntos. Mis negocios estaban pasando por un mal momento y, para mí, volver a casa a tu lado era estar en el paraíso. Nunca en mi vida he sido tan feliz. Fue terrible cuando perdimos el bebé, pero al menos nos teníamos el uno al otro.

-Y yo me fui a Londres. ¡Qué tonta fui! -dijo miley sacudiendo la cabeza-. Yo también te quiero. Ahora, por fin, sé que eres sólo mío.

-Siempre, agapi mou.

miley se quedó pensativa.

-Y cuando me dijiste que no buscabas que te amara, ¿qué querías decir?

-Era mi orgullo el que hablaba -dijo y miley lo atrajo hacia sí. Él la besó con pasión- Estoy deseando intentar tener otro bebé -susurró.

-Quizás fuera un buen momento ahora.

-No estaba seguro de que quisieras intentar quedarte embarazada otra vez.

-Tuvimos mala suerte -dijo miley-. ¡Cuánto me hubiera gustado que me hubieras dicho todo esto en el hospital!

-¿El qué? ¿Qué quería tener otro bebé? Una de mis primas me advirtió que no te dijera nada por si acaso te parecía que no me preocupaba suficiente por el hijo que acabábamos de perder. Y seguí su consejo.

-Estaba desesperada por saber si veías futuro en nuestro matrimonio -explicó miley.

-Tenemos un futuro en común, pethi mou. Lo pasé muy mal cuando decidiste regresar a Londres -admitió nick-. No dejé de preguntarme si te había perdido para siempre.

-A partir de ahora, no tendrás que preocuparte -dijo miley con una cálida sonrisa.

-Te amo -dijo nick apasionadamente. miley lo atrajo hacia sí y saboreó sus labios.

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Casi un año más tarde, miley dio a luz a una niña: destiny. Dieciocho meses más tarde, la siguió su hermano, jake.

Feliz por el nacimiento de sus bisnietos,jerry jonas compró la isla de Mos y se la regaló a nick y a miley en su cuarto aniversario de boda.






lunes, 25 de julio de 2011

PASION EN EL EGEO CAP 33


NICK se sentó a un lado de la cama y tomó sus manos entre las suyas. La miró directamente a los ojos.

-Quiero que todo se arregle -susurró él.

Parecía sincero. Deseaba rodearlo con sus brazos y estrecharlo contra su cuerpo. Se le veía triste por la pérdida del bebé. Quizás lo hubiera juzgado mal.

-He echado a perder muchas cosas en tu vida -dijo miley afligida.

-Eso es una tontería.

¿Por qué no decía nada de tener otro bebé? Eso la habría consolado y la habría convencido de que su matrimonio tenía futuro. Aunque miley deseaba quedarse con él para siempre, no quería obligarlo a seguir casado con una mujer a la que no amaba. Soltó sus manos y le dio la espalda.

-Necesito tiempo para pensar algunas cosas -murmuró.

-¿Qué cosas?

-Por ejemplo en cuáles son mis sentimientos.

-Ahora mismo estás triste. Deberías preocuparte sólo por ponerte bien y animarte.

miley sacó fuerzas de flaqueza y le dijo que estaba cansada. nick comprendió lo que quería decir con aquello y se fue. Hacía sólo cinco minutos que se había marchado cuando sonó el teléfono de miley.

-Soy selena gomez. ¿Puedo ir a verla?

-¿Cuándo? -preguntó miley sin salir de su asombro.

-Ahora mismo.

miley accedió y se preguntó si había hecho bien. ¿Qué tendría que decirle selena ? Quizás fuera una desagradable visita, pero lo cierto era que sentía curiosidad.

Cuando selena llegó, miley la esperaba sentada en una silla. selena era una mujer muy hermosa. Era morena y tenía grandes ojos cafes.

-No quiero hacerle perder su tiempo, así que iré al grano -dijo mirándola con desagrado-. ¿Cuándo piensa dejar a nick?

-¿Qué quiere decir?

-¿Cuándo le va a dar el divorcio?

-Si nick quiere el divorcio, es él el que me lo tiene que pedir -dijo miley levantando la barbilla.

-Ahora mismo siente lástima por usted. Acaba de perder el bebé -dijo selena fríamente-. Ya le ha hecho pagar suficiente por el embarazo.

Petrina no era una buena persona, pensó miley. Se preguntó si nick conocería esa faceta. Quizás estuviera tan enamorado de ella, que ni siquiera se había dado cuenta.

Pero en el fondo miley estaba triste. Sabía que nick sentía lástima por ella y, aunque lo deseara, no le pediría el divorcio en su estado hasta pasado un tiempo. Además, nick había vivido un infierno desde que se había casado con ella, tanto en sus relaciones personales como en los negocios.

-¿No tiene nada que decir?

-Todo lo que quiero es que nick sea feliz -murmuró miley. Se había quedado sin palabras.

-Será feliz conmigo. Él me quiere -dijo selena orgullosa.

-Y a pesar de eso, ¿no le importa que le fuera infiel?

-¿Por qué me iba a importar que se divirtiera con una cualquiera como usted? -dijo con mirada desafiante y abrió la puerta-. Ya es hora de que desaparezca de nuestras vidas.

miley había tomado una decisión. Si nick amaba a selena, tenía todo el derecho del mundo a estar con aquella mujer y tenía que dejarlo ir y continuar con su vida.



-Quiero volver a Londres a pasar unos días -le dijo a nick aquella tarde cuando fue a visitarla.

-No creo que sea una buena idea. Ahora necesitas descansar.

-Puedo descansar en Londres. Quiero ir a ver a mi familia.

-Entonces, iremos los dos.

-Prefiero ir sola.

-Sólo llevamos unas semanas casados.

-Y han sido muy movidas -señaló miley.

nick miró distraídamente por la ventana y miley vio cómo cerraba los puños con fuerza.

-Quiero que sigamos juntos y que nuestro matrimonio funcione. Si quieres, podemos hacer un viaje a cualquier lugar del mundo que quieras, yineka mou -dijo nick. miley sintió un nudo en la garganta y evitó que su mirada se cruzara con la de él-. Está bien. Ve a Inglaterra y quédate en nuestra casa de campo.

-Está bien.

-Así estarás bien atendida y yo me quedaré más tranquilo. Me tienes que prometer que volverás a Grecia.

-Claro que sí -dijo miley. Se imaginó regresando para poner fin a su matrimonio.

-Te doy dos semanas.

-Necesito un mes.

-Eso es mucho tiempo.

Un mes sería suficiente para que se convenciera de que no tenía ningún sentido continuar con aquel matrimonio. Cuando regresara a Grecia, lo haría para firmar el divorcio que, con toda seguridad, él le pediría. Ella pretenderla estar de acuerdo y él nunca sabría que le había roto el corazón.

-Te llamaré todos los días -le aseguró nick.

-Será mejor para los dos que no me llames.

miércoles, 20 de julio de 2011

TORMENTA DE AMOR FIN...

ESPERO QUE LES GUSTE EL FIN CHICAS :D LAS QUIEROOOOO.





nick miraba las columnas de números, pero cada vez eran más borrosas. No podía concentrarse.
Se alegraba de que sus padres hubieran salido aquella noche. Si no, se habrían dado cuenta de que estaba distraído y querrían saber por qué.
Y no podía decirles que tenía una erección perpetua a causa de miley cyrus y que había estropeado su única oportunidad de estar con ella por un estúpido orgullo masculino
Suspirando, soltó la calculadora. Había hecho lo que debía hacer.
No era capaz de acostarse con ella y después ver cómo se iba con otro hombre. Se le partiría el corazón.
El sonido del timbre interrumpió sus pensamientos. Estirándose, nick se levantó para abrir la puerta. El viento soplaba con fuerza en el porche y... allí estaba miley, recortada contra la luz violeta del atardecer.
-Hola.
Perplejo, nick miró su reloj.
-¿No debías estar de fiesta con tus amigas?
Ella entró en la casa sin esperar que la invitase y empezó a quitarse las manoplas y el gorro.
-Lo había pensado, pero van a ver a unos tíos desnudándose y a mí solo me interesa verte desnudo a ti -contestó, levantando las cejas-. ¿Qué me dices?
nick cerró la puerta y se apoyó en ella. Su corazón latía con tanta fuerza que tenía que hacer un esfuerzo para disimular.
-¿Desnudarme? Ni lo sueñes.
-nicky, eres un aguafiestas. Con ese cuerpo y esa cara, ganarías una fortuna -dijo miley, guiñándole un ojo-. Yo misma te pagaría un dineral.
Él se puso colorado.
-¿Qué estás haciendo aquí?
-Llamé a tu casa esta tarde y me enteré de que tus padres iban a salir -explicó ella, mientras se desabrochaba el abrigo-. Así que pensé que era una oportunidad perfecta para venir a verte. Y suavizarte un poco.
Solo con eso, nick se excitó.
-¿Qué quieres decir?
miley dio un paso hacia él y le puso las manos en el pecho.
-Te quiero, nicky. 
-siempre seras mii nicky
-¿nicky tu amigo?
-nicky, nick ,nicholas ,El hombre que amo de todas las formas posibles. Bueno, todas no, pero espero remediar eso esta noche.
Su franqueza jamás dejaría de asombrarlo.
-¿Qué significa eso?
-Significa que quiero hacer el amor contigo. ¿Puedo? -preguntó miley que, sin esperar respuesta, empezó a tirar de su jersey. Después, le desabrochó la camisa.
-miley...
-Me pondré a llorar si me dices que no.
nick no pudo evitar una sonrisa.
-No vas a llorar. Tú no lloras para salirte con la tuya.
Indignada, ella replicó:
-Lloraría porque tendría el corazón roto. Te necesito. Te deseo. No he podido pegar ojo pensando en ti y en lo ciega que he estado.
Después de desabrocharle la camisa, lo tomó de la mano para llevarlo al dormitorio. Aunque no tenía que tirar de él. El corazón de nick se había encogido al verla. Pero solo su corazón.
miley llevaba unos pantalones vaqueros que se ajustaban a su precioso trasero y una camiseta sin sujetador. Los pezones se marcaban claramente bajo la tela y.. a él empezaron a temblarle las piernas.
Su descarada amiga lo empujó sobre la cama y se inclinó para quitarle las botas.
-Oye...
-¿Sabes lo que he pensado? -lo interrumpió ella, sin dejar de desnudarlo-. Que siempre he estado enamorada de ti. Cuando te fuiste a Ohio, creí que me moriría. Y en cuanto pude, me fui detrás de ti.
-¿De verdad?
Era la primera vez que oía tal cosa, pero no pensaba ponerse a discutir.
-De verdad. Y por eso me quedé a vivir allí. Necesitaba tenerte cerca. Me sentía segura cuando estaba contigo. Me encantaba tu compañía, hablar contigo por teléfono... levántate para que pueda quitarte los pantalones. Y no me podía imaginar que algún día dejáramos de vernos. ¿Sabes por qué? -preguntó miley, mirándolo a los ojos.
Tenía la mano en su bragueta y nick tuvo que tomar aire para hablar.
-¿Por qué?
-Porque te amo.
Él contuvo el aliento mientras le desabrochaba el cinturón.
-¿Lo dices de verdad?
-Claro que sí. ¿Cómo iba a tomarme en serio a cualquier otro hombre si solo te quería a ti?
Después de bajar la cremallera del pantalón, miley metió la mano sin timidez alguna y empezó a acariciar su erección a través de la tela del calzoncillo. Instintivamente, nick se apretaba contra ella y tuvo que cerrar los ojos para controlarse.
miley lo soltó entonces para bajarle los pantalones y los calzoncillos, dejándolo completamente desnudo. Pero ella estaba vestida.
-Me voy a desmayar -dijo, mirando descaradamente... lo que tenía que mirar-. nicky, nicky, nicky... Cuánto hombre escondías detrás de tu fachada estudiosa y formal. Qué crimen -añadió, pasándose la lengua por los labios-. Si me querías, ¿cómo has podido esconderme esto?
nick empezaba a sentirse muy bien.
-¿Ahora soy yo el responsable de tu ceguera? -preguntó, acariciando su cara-. ¿Debería haber insistido en que me mirases?
-Deberías haberme besado, tonto. Pero no besitos en la frente como si fueras mi hermano. Uno de esos besos con lengua que me diste en la cabaña. Te aseguro que un beso así me habría hecho ver la luz. Pero no, me has dejado seguir ciega y los dos hemos perdido mucho tiempo.
Debería sentirse ridículo desnudo mientras ella no dejaba de admirar su erección, pero se encontraba muy a gusto. Estaba con su niña y ella podía tener todo lo que quisiera... siempre que lo quisiera para siempre.
-Si no lo dices en serio, no quiero hacerlo.
miley levantó la barbilla.
-Esto es tan serio como el infarto que estuve a punto de sufrir cuando pensé que no me querías.
Sonriendo, nick la tiró sobre la cama. Era su turno de desnudarla, pero miley lo ayudó... por eso tardó más de lo que debería.
Se sentó entonces para mirarla como lo había mirado ella, haciendo un gesto de pena al ver el hematoma en el hombro. Cuando se inclinó para darle un besito ella, sonriendo, tomó su mano y la puso sobre sus pechos.
-Esto es tan bonito -dijo en voz baja, con los ojos llenos de lágrimas-. No es solo sexo... aunque te deseo tanto que me va a dar un ataque. Pero es mucho más. Es como si mi corazón estuviera derritiéndose. Soy tan feliz que...
nick se inclinó para besarla. El primer roce de sus cuerpos desnudos, piel contra piel, casi lo hizo perder el control. Los dos estaban temblando. Se besaban como locos y cuando él empezó a acariciar sus pechos, miley pasó una mano por su espalda, haciéndolo sentir un escalofrío. Besaba su hombro y la venda que llevaba en la frente casi oculta por los rizos. Besaba sus pechos, chupando sus pezones, disfrutando del sabor, del terciopelo de su piel... de sus gemidos.
miley levantó las caderas y él deseaba, necesitaba más. Pero lo importante era ella. Empezó a besar sus costillas, su vientre, dejando un rastro de besos húmedos por su piel...
Cuando, de repente, enterró la cara entre sus piernas, suspirando de satisfacción, ella solo pudo gemir:
-nicky...
-Eres toda mía -murmuró él con voz ronca-. No me digas que no. Te quiero toda, cada centímetro de tu piel.
miley enredó los dedos en su pelo.
-Siempre he sido tuya. Pero no lo sabía.
nick abrió sus piernas e inclinó la cabeza hasta quemar con su aliento el centro de su ser.
-Pues ahora ya lo sabes.
Y entonces la besó. Había dicho de verdad lo de querer cada centímetro de su piel. nick la besó y la chupó con desatada pasión hasta que miley estuvo a punto de tener un orgasmo.
Pero él quería ver su cara cuando ocurriera, de modo que introdujo dos dedos y levantó la cabeza. Era tan preciosa, con el pelo sobre la almohada, los ojos cerrados...
-Sigue, cariño -la animó, aumentando la presión de sus dedos hasta que ella no pudo más.
Los gritos de miley seguían repitiéndose en su cabeza cuando se agachó para sacar algo del pantalón.
-¿nicky?
nick se puso el preservativo y ella lo apretó contra su pecho, con las mejillas coloradas, los ojos azules oscurecidos.
-Te amo, mi amor.
Cuando miley abrió los labios para buscar aire, la besó en los labios. Después, besó sus pechos mientras ella lo acomodaba en su interior. Poco a poco, se convirtieron en uno solo y podía sentir los espasmos de su terciopelo húmedo, abrazándolo.
Con los ojos cerrados, intentando mantener el control, la oyó decir:
-No dejes de amarme nunca, nicholas jonas.
nick tomó su cara entre las manos y la besó con pasión mientras empezaba a moverse. Intentaba ir despacio, pero estaba tan excitado que debía hacer un esfuerzo sobrehumano. Cuando miley  enredó las piernas alrededor de su cintura, no pudo contenerse más y la embistió con todas sus fuerzas.
Poco después, con un gemido ronco que le salió del alma, cerró los ojos y se perdió en un placer infinito que ella compartió por segunda vez.
Exhaustos, uno encima del otro, no querían apartarse.
-¿Quieres vivir conmigo?
-Sí -sonrió miley.
Y después:
-Durante un tiempo.
Le costó trabajo, pero nick consiguió apoyarse en un codo.
-¿Qué quieres decir con eso? -preguntó, con tono amenazante.
Ella sonrió, acariciando sus hombros.
-Me encanta cuando te pones bruto. Me provoca.
-Quieres decir que te excita.
-No hay nada más sexy que un hombre exigente -dijo miley entonces, con los ojos cerrados-. Porque sé que me quieres y que nunca me harías daño.
nick se suavizó.
-Jamás.
-Así que viviré contigo... hasta que te convenza para que nos casemos.
-Y luego piensas marcharte de casa, ¿no?
-No -sonrió ella, dándole un beso lleno de amor-. Anoche me di cuenta de que lo único que deseo es estar contigo. Así que pienso tenerte solo para mí y quererte durante el resto de mi vida.
Su fantasía se había hecho realidad. miley lo amaba. La vida no podía ser más hermosa.
nick la apretó contra su corazón.
-En ese caso, cariño, puedes tenerme todo lo que quieras.

FIN.....

martes, 19 de julio de 2011

PASION EN EL EGEO CAP 32

CAPI TRISTE... :(




Había muchas cosas en común entre nick y selena gomez. Ella era el prototipo de mujer ideal para él. Pero había una cosa en la que aquella mujer se había confundido y era no haberse asegurado de la fidelidad de nick. Eso había provocado su embarazo y el final de la relación entre ellos.

Antes de casarse, miley le había dicho que no era necesario que sacrificara su felicidad por ella. Pero no estaba dispuesta a seguir con un hombre que no la amaba. Su orgullo se lo impedía. Si quería volver con selena, no había nada que ella pudiera hacer para evitarlo. Si no podía conseguir que nick la amase, prefería rendirse y volver a Londres.

miley se sentó en un banco en mitad de la calle. Lo quería demasiado como para dejarlo en brazos de selena. Además no soportaba la idea de verlos juntos.

De repente, sintió unos ligeros pinchazos en el abdomen. Llevaba notando esos dolores desde hacía unos días, pero no le habían preocupado demasiado. Había pensado decírselo al médico en su próxima revisión. Sin embargo, esa vez el dolor era más intenso y miley sintió miedo por el niño. Trató de ponerse de pie, pero sus piernas apenas la sostenían. Alguien la sujetó. Vio que se trataba de uno de sus guardaespaldas.

-Necesito ir al hospital -susurró y, en su interior, comenzó a rezar.

HORAS DESPUES...

nick estaba esperando a miley cuando salió del quirófano. Se le veía muy serio y demacrado. Sus ojos estaban tristes. miley se dio cuenta de lo mucho que él había deseado aquel bebé y ahora estaba hundido porque lo habían perdido. Pero ya nada importaba. nick tendría otros hijos y no sería con ella. Ya no había ningún motivo para continuar con aquel matrimonio.

-No quiero hablar. Quiero estar sola y dormir -dijo miley cuando estuvieron a solas en la habitación del hospital.

nick tomó su mano entre las suyas.

-Me viste en las noticias con selena, ¿verdad? -preguntó nick. miley soltó su mano-. Por favor, escúchame, pethi mou.

-¡No quiero hablar contigo! -protestó miley.

-Tienes derecho a estar enfadada conmigo. Pero a veces las cosas no son lo que parecen.

-¿Crees que me importa después de lo que ha pasado? Vete y déjame sola.

-Estaré callado. Me sentaré aquí contigo.

-Quiero estar sola -repitió miley.

-Creo que tenemos que estar juntos en estos momentos para apoyarnos. Necesito estar contigo -dijo nick con determinación.

miley se giró y se quedó mirando fijamente la pared. Una y otra vez, la imagen de selena  abrazada a nick volvía a su cabeza. Sentía deseos de llorar, pero no podía.

-Por favor, vete a dormir a casa -le dijo miley dos horas más tarde. No podía soportar su presencia allí junto a ella. Lo necesitaba, pero no estaba dispuesta a admitirlo, especialmente ahora que estaba a punto de salir de su vida.

-No me dejes fuera de esto, pethi mou. Siento como si los hubiera perdido a los dos.

Se quedó allí esperando con infinita paciencia, esperando un gesto por parte de ella. Finalmente, miley oyó cómo la puerta se abría con suavidad y nick salía de la habitación.

Rompió a llorar desconsoladamente. Estaba enamorada de un hombre honesto que seguía cuidando de su esposa y que no había considerado ninguna razón para que su matrimonio terminase.


Cuando miley se despertó a la mañana siguiente, se quedó pensativa. Su vida había dado un cambio en las últimas veinticuatro horas. Su embarazo había sido la principal preocupación que había tenido en las últimas semanas. Había elegido cuidadosamente lo que comía y bebía y se había asegurado de descansar las horas suficientes. Había comprado ropa para el bebé y libros sobre el embarazo. Y ahora, de repente, todo había acabado. Ya no iba a ser madre y le costaba asumirlo.

-En ocasiones, estas cosas ocurren -le había dicho el ginecólogo. Le había asegurado que, aunque hubiera acudido al médico antes, nada habría cambiado. La había animado diciendo que era muy joven y que tenía buena salud. Podría intentar de nuevo tener un hijo y olvidar lo que había pasado.

Había terminado de desayunar cuando llegó nick.

-Acabo de ver la bandeja y apenas has comido nada -dijo él. Tenía aspecto de cansado y preocupado.

-No tengo hambre. Estoy deseando salir de aquí.

-Te podrás ir tan pronto como el doctor lo autorice. Yo también estoy deseando que vuelvas a casa.

-Todavía no estoy lista para irme -dijo milwy bajando la cabeza.

nick se quedó contrariado por aquel repentino cambio de opinión.


-Tienes que dejar que te explique lo que pasó ayer. Empezaré contándote lo que pasó hace unas semanas -dijo nick.

Había decidido no dejarla en paz hasta que lo escuchase. miley se recostó sobre las almohadas.

-Cuando rompí mi compromiso con selena, había un asunto de negocios a tener en cuenta. El holding jonas estaba a punto de fusionarse con la compañía de su padre. Cuando rompimos, los planes de fusión desaparecieron. Desde entonces, ha habido una dura lucha en el mercado entre las dos empresas.

miley se incorporó. Estaba tensa. nick le estaba explicando que su decisión de casarse con ella en lugar de con selena había tenido serias consecuencias en los negocios.

-¿Por qué no me lo dijiste?

-¿Qué hubiera cambiado? No quería preocuparte.

-¿Por eso has estado trabajando día y noche? -dijo miley. Sintió que su corazón se encogía. Tenía que haber sido difícil retomar los negocios después de que las dos compañías estuvieran a punto de fusionarse. Cada una de ellas conocería las debilidades de la otra y la batalla para hacerse con el mercado habría sido todavía más dura.

-Sí. Ha sido muy duro porque no era un enfrentamiento que yo deseaba que ocurriese. Apreció mucho al padre de selena ,Ricardo Gomez. Es un viejo amigo de mi abuelo.

-Y todo por mi culpa -dijo miley sacudiendo la cabeza. Estaba pálida. Se sentía responsable de lo que estaba pasando. Su embarazo había creado muchos problemas. Había roto un compromiso y había estropeado las relaciones entre dos familias y dos negocios. Incluso la amistad de jerry con ricardo gomez parecía haber sido perjudicada.

-¿Cómo puede ser culpa tuya? ¡Nada de lo que ha ocurrido es culpa tuya! -exclamó nick con furia-. Yo estaba comprometido y no me comporté como debía. Soy el único responsable de lo que ha pasado. No debes culparte de nada, yineka mou. Ya todo ha acabado. Ayer me llamaron para decirme que ricardo gomez había sufrido un infarto. Me avisaron cuando estaba de camino al restaurante y decidí ir a verlo al hospital. Aunque últimamente no nos llevábamos bien, estaba preocupado por él. Le pedí a mi secretaria que te avisara, pero se equivocó de restaurante.

-No importa -dijo miley.

-A mí sí me importa, especialmente después de lo que ha pasado. Tenía que haberte llamado yo mismo.

-¿Y qué pasó? -preguntó miley.

-Al final, no había sufrido un infarto. Su malestar se debía a la tensión que sufre últimamente. Estaba tan contento cuando le dijeron que su corazón estaba bien, que hicimos las paces. Así que nuestra guerra ha terminado. Cuando selena llegó al hospital, no sabía cómo estaba su padre. Rompió a llorar cuando supo que todo había sido una falsa alarma.

-Claro, eres tan buenos amigos, que selena necesitaba tu apoyo -dijo miley tratando de no dar importancia a sus palabras.

-Estaba un poco histérica y no quise que hiciera ninguna tontería delante de las cámaras -dijo nick mientras miley lo miraba dubitativa. No estaba tan segura de que Petrina estuviese histérica. Ella también había visto ese abrazo por televisión y el modo en que él sonreía-. No la había visto desde que me casé contigo.
miley evitó mirarlo. Se sentía triste. Estaba segura de que nick no había visto a selena antes porque no había tenido la oportunidad de hacerlo. No debía haberse casado con él. No la amaba. Era evidente que seguía sintiendo algo por selena.
-No me gusta cuando té quedas tan callada.
miley no quiso contestarlo. Tenía miedo de romper a llorar. Lo amaba mucho. Dejarlo era una de las decisiones más difíciles que había tomado en su vida. Pero ahora que no iban a tener ningún bebé, tenía que devolverle su libertad. Él había estado con ella tal y como se lo había prometido. Y había pagado un alto precio por ello poniendo en peligro su propio imperio. Ahora que todo parecía estar solucionado, había llegado su momento de partir.