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viernes, 19 de agosto de 2011

PRIVATE INVESTIGATION CAP 12

Miley & Floyd Cyrus MODELING Picture

—¿Qué haces ahora? —preguntó con los dien­tes apretados y las manos cerradas sobre el volan­te con tanta fuerza que temió arrancarlo de cua­jo. Se movió incómodo y lanzó otro vistazo al trasero redondo y bien torneado.

Ella lo miró con expresión inocente en los ojos.

—Extiendo la ropa para que se seque.

Nick no tenía ni idea de adonde se dirigía, pero supuso que por el momento bastaba con alejarse del hotel. No había visto que nadie los siguiera, pero eso no revelaba gran cosa. No confiaba en su habilidad de detectar a alguien que les pudiera pisar los talones.

Pasaron los minutos. nick fue cada vez más consciente de que miley llevaba un rato en silen­cio. Y notó que lo observaba. Giró la cabeza y confirmó sus sospechas.

—¿Qué? —preguntó, sin tener muy claro que le gustara el ceño de ella.

—¿Qué quisiste dar a entender al decir que al­guien debía salvarme de mí misma?

Se aflojó la corbata, se la sacó por encima de la cabeza y comenzó a quitarse la camisa. Fue a protestar cuando ella alargó los brazos para ayu­darlo. No creía que fuera una buena idea tener las manos de miley cerca en ese momento, y menos cuando bajó los dedos por su piel siguiendo las mangas de la camisa. Después de que le quitara la tela empapada, Nick se quedó con una camiseta de algodón. Contuvo el aliento cuando ella comenzó a levantársela de la cintura de los pantalones.

—Te hice una pregunta. ¿Vas a responderla? —inquirió, mientras los dedos le rozaban el estó­mago antes de quitarle la camiseta.

Nick tragó saliva y le aferró las manos al ver que apuntaban hacia la cremallera de los pantalones.

—No es... una buena idea.

Ella lo miró, luego se encogió de hombros y se apoyó en el respaldo del asiento; cruzó los brazos.

Tuvo la sensación de que la había irritado.

—No quise dar a entender nada específico con eso —repuso, inexplicablemente irritado de que estuviera enfadada con él.

—Creo que sí —contradijo ella—. Creo que querías dar a entender que soy incapaz de cuidar de mí misma.

—Bueno —hizo una mueca—, he de decirte, miley, que a juzgar por lo que he visto hasta ahora, empiezo a dudarlo —ella se agachó para reco­ger la pistola—. ¿Qué haces?

—Para —pidió.

—No hasta que me digas qué es lo que vas a hacer.

Ella soltó un suspiró exasperado. De no haber estado comprobando el arma, Nick habría reído.

—Me voy a bajar —guardó la pistola en el bol­so, luego se puso de rodillas en el asiento para re­coger las prendas en la parte de atrás.

Nick la frenó por la pierna antes de que pudiera ofrecerle otra visión primorosa de su trasero.

—No creo que sea una buena idea —la sintió temblar bajo el contacto y apartó la mano—. Que te bajes.

—Menos mal que no pedí tu parecer, ¿verdad? —indicó antes de inclinarse sobre el asiento.

Nick cerró los ojos un momento, rezó y clavó la vista en el camino hasta que ella volvió a sentarse.

—Dime una cosa,miley. ¿Qué vas a hacer si te dejo bajar? ¿Adonde irías?

—¿Y a ti qué más te da? —se movió en el asiento.

Analizó lo sucedido en los últimos minutos para modificar la atmósfera entre ellos. Había cre­cido como hijo único en una casa donde solo ha­bía hablado él. Todas sus esperanzas de seguir una carrera deportiva le habían sido arrebatadas a los diecinueve años. Había conseguido establecer su negocio de la nada. Después de eso, se consideraba bastante eficiente en la solución de problemas. Pero cuando se trataba de miley esta­ba en blanco.

—Mira, lo que dije no salió como era mi inten­ción.

—¿Oh? —enarcó las cejas—. Podrías haberme engañado, pero te escucho.

Volvió a mesarse el pelo.

—Es evidente que en este último día han su­cedido cosas que me han proporcionado una imagen equivocada de ti.

—Es evidente.

—Soy el primero en reconocer que te conoz­co muy poco. De modo que cualquier impresión es superficial, en el mejor de los casos.

Ella asintió, dándole a entender que iba a tener que encontrar la salida por su cuenta en todo ese lío. Nick suspiró.

—Lo que propongo es lo siguiente —el cami­no por el que iba estaba a punto de acabar ante el río Mississippi. Puso el intermitente izquierdo con la intención de dar vueltas hasta que uno de los dos desentrañara qué iban a hacer a partir de ese momento—.Volvamos hasta el principio para empezar desde cero.

—¿Qué quieres decir? —entrecerró los ojos.

La miró, le ofreció una sonrisa y la mano dere­cha.

—Hola. Me llamo nick jonas, creador y propie­tario de Solé Survivor, S.A.. Encantado de cono­certe.

Ella observó su mano, luego, con cautela, se la estrechó. Nick quedó asombrado por lo finos y de­licados que eran los dedos de miley. Luego ella sonrió, una sonrisa brillante y llena de candor que lo golpeó como un puñetazo debajo del cinturón.

—miley cyrus,investigadora privada —se presentó antes de retirar la mano.

Para Nick era imposible creer que la noche an­terior había estado en la cama de la habitación de un hotel solo, deseando que algo sucediera en su vida. De haber sabido que lo esperaba eso, habría ido con cuidado en la formulación de un deseo tan peligroso.

—Muy bien, miley cyrus, investigadora priva­da. ¿Qué hacías antes de convertirte en detective?

La sonrisa de ella desapareció y miró por la ventanilla.

—Era secretaria —Nick se atragantó. Lo miró con ojos centelleantes—. Hasta hace dos semanas.

—No me lo digas. Un día dejaste tu trabajo y colgaste tu cartel de investigadora.

—Sabía que no iba a funcionar.

—¿Qué? —preguntó nick, tratando de no ser muy crítico—. Solo intento establecer una con­versación.

—No, lo que haces es que parezca una idiota.

Nick hizo una mueca y miley guardó silencio.

—No me preguntaste qué hacía yo antes —mu­sitó él. Recibió una mirada desconcertada—. Antes de dedicarme al diseño de calzado deportivo.

—Muy bien,Nick jonas—concedió ella con cautela—, ¿qué hacías antes de convertirte en vendedor de calzado?

—Me dedicaba a la práctica del deporte.

—Qué bien —bajó la vista al pecho de él.

—Trabajaba para firmar como profesional cuando me reventó la rodilla.

—¿Qué deporte? —alzó la vista a su cara.

—Baloncesto.

Ella asintió, como si hubiera sido lo que había adivinado.

Nick se movió en el asiento, preguntándose por qué le había ofrecido esa información. Pocas mu­jeres preguntaban sobre lo que había hecho an­tes de conocerlo.miley tampoco había mostrado curiosidad. Lo que la sorprendía era que él se lo hubiera contado.

—Me pareció ver una cicatriz anoche —co­mentó ella y alargó la mano para apoyarla en la rodilla derecha de nick.

Él trató de controlar el escalofrío que lo reco­rrió y estiró el cuello. Tampoco muchas sacaban el tema de su cicatriz. Recorría el interior de la rótula sus buenos veinte centímetros de largo y uno de ancho. Incluso cuando la miraba después de tantos años, le sorprendía encontrarla allí. Los médicos le habían dicho que era afortunado de poder usar esa rodilla. Desde luego, eso había sig­nificado poco en su momento, cuando toda su vida había girado en torno a los deportes.

4 comentarios:

  1. LOVE IT! LOVE IT! LOVE IT!!
    jeje no puedo dejar de decirlo!
    esk lo amooooo!
    espero el siguiente con desespero girl!
    no me dejes asi o.O y arrancandome los pelos jeje!
    kuidathe
    lo espero
    te kiiiero!

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  2. Wow! esta invreiblee!
    sube el siguiente cuando puedas!
    cuiidate! ^^

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  3. oooww sis moxa me encanto encerio super dupeer
    ooww y muxas graxias por todo ya resolvii my problem jejej te super quiero bye baby

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  4. hola qe tal soi nueva lectora casi termino de leer todas tu noves y me han facinadoooo =D
    ♥.♥

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