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domingo, 21 de agosto de 2011

PRIVATE INVESTIGATIONS CAP 13

—Debió ser duro para ti —indicó miley—. Que te arrebataran de esa forma todos tus sueños.

—Sí, lo fue.

Ella lo contempló unos momentos en silencio.

—Aunque da la impresión de que te ha ido bastante bien. No todo el mundo consigue reco­brarse de semejante golpe. Tengo un primo en St. Louis que sufrió un accidente de coche la noche anterior a concluir las negociaciones que llevaba con los Cardinals. Vive de lo que cobra de la segu­ridad social, bebiendo y escuchando a Springsteen. No es un cuadro muy bonito.

Nick la miró con atención por primera vez.

—Supongo que de niña no sería tu sueño ser secretaria.

—No —sonrió—. Estudié programación de or­denadores. Gira a la izquierda.

Él tuvo la impresión de que no iba a explayarse.

—¿Por qué debería girar por aquí?

—Si vas a cuestionar todo lo que pida, nick, en­tonces será mejor que pares y me dejes bajar. Por­que esto no va a funcionar.

—¿Qué? ¿No crees que tengo derecho a saber adonde vamos? ¿O preferirías que me pusiera una venda?

—No es una mala idea —lo recorrió lentamen­te con la mirada.

Nick no quería estar detrás de un volante cuan­do sucediera. Preferiría estar en una cama con las manos atadas y miley montada sobre él.

—Vamos a comprobar la tienda de empeño a la que fui ayer. La mujer a la que busco... le ven­dió un par de cosas al dueño antes de ayer.

—¿Y crees que volverá? —ella asintió—. ¿Por qué? —los ojos de miley soltaron chispas—. Lo siento —alzó las manos—. Por favor, solo dime que no se basa en una intuición femenina.

—Es una intuición femenina —sonrió. Él gi­mió—. Le dijo al dueño que quizá volviera hoy a venderle algunas cosas más.

Un par de manzanas más arriba le indicó que girara a la derecha. Era una zona próxima a Beale Street, necesitada de unos cuidados que proba­blemente no iba a recibir. Unos hombres negros que había en una esquina dejaron de hablar y se volvieron para verlos pasar. Miley le dijo que fre­nara en la siguiente calle.

—Cielos —musitó.

Pero antes de que nick pudiera preguntarle qué sucedía, ella enterraba la cabeza en la entrepierna de sus pantalones.









—Preguntaría qué haces ahí abajo —indicó Nick mientras miley metía aún más la cabeza en su regazo—. Pero me temo que si lo hago, pares lo que tienes en mente.

Miley puso los ojos en blanco.

—Coche a la una. Un sedan oscuro de cuatro puertas. ¿Alguien te resulta familiar?

No oyó nada durante largo rato, luego el co­che de Nick aceleró hasta lo que ella consideró que era el límite de velocidad.

—Maldita sea —repitió él unas cuantas veces.

Miley intentó soslayar el calor que emanaba de los pantalones húmedos y el hecho de que una cierta parte de la anatomía de Nick se hallaba a unos centímetros de su boca. Tragó saliva.

—¿Es seguro que me incorpore?

—¿Qué? —pareció distraído, luego suspiró—. Sí, ya que el motivo por el que estás ahí abajo no es el que yo esperaba.

Miley se irguió y se apartó el pelo de la cara. Se hallaban a dos manzanas de la tienda de empe­ño. Justo del otro lado de la calle había un sedan parecido al de nick. Vio cómo uno de los campeo­nes de lucha bajaba de la parte de atrás del vehí­culo, miraba en ambas direcciones y cruzaba ha­cia el local. Frunció los labios.

—¿Cómo diablos llegaron antes que nosotros? —inquirió Nick de forma retórica.

—Si no te hubieras detenido en el aparcamiento a proteger mi pudor, no nos habrían adelantado — soltó ella y se ganó una mirada centelleante. Se en­cogió de hombros—. ¿Qué? Es la verdad. Da la im­presión de que acaban de llegar, lo que significa que nos ganaron por un par de minutos.

—Sí, claro —hizo una mueca—, si no hubiera parado, te habrían sorprendido dentro de la tien­da —se frotó el mentón—. Además, dado el moti­vo por el que me detuve, de haber continuado, con toda seguridad habría tenido un accidente. Entonces, ¿dónde estaríamos?

Miley no pudo evitar sonreír. Aparte del hu­mor de la situación, había algo en ella que resulta­ba conmovedor. Descartado el motivo caballero­so, sospechaba que lo que quería era evitar que alguien pudiera mirarla del modo que al parecer a él le gustaba hacer.

—Aquí sucede algo que desconozco —se dijo para sí misma y alargó la mano hacia el bolso. Sacó la carpeta arrugada y la alisó sobre las pier­nas antes de abrirla.

—¿Adonde voy? —preguntó nick.

No había pensado en eso. De hecho, daba la im­presión de que no era capaz de pensar mucho cer­ca de nick. Se preguntó si sería así con las parejas.

6 comentarios:

  1. Lindo capi sis!!! muy lindoo!!! me re gusto espero el próximo!! beshiitooo!!!

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  2. wiii!
    jeje kiiiero otro! kiiero otro! kiiiero otro!
    si no subes te doy un berrinche como los de sariis y creeme no kieres! xD jajaja
    espero el capi! pliiiis!
    kuidathe
    te kiiero =P

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  3. IN-CRE-I-BLE!!! :O
    sube el siguiente cuando puedas!
    eres.. fantastica!

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  4. sissssss hermosaa ;) te e extrañadoo, me han encantado ls caps geniales ya estoy al corriente sube pronticoo tkm cuidate bye

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  5. aah super mega liindo el capi sis te quiero byeciitoo wii mi primer diiaa

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  6. me encantoooo !!!!!!
    espero el otro capiii !!
    bye besos

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