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lunes, 8 de agosto de 2011

PRIVATE INVESTIGATION CAP 6

DEDICADO A MI SIS SARI :D TE QUIERO SIS.
—¿No crees que sería una buena idea que pri­mero informaras a la policía?

—¿Para qué iba a llamar a la policía? —bajó la vista hasta la mano de él cerrada en torno a su muñeca fina.

Nick juró que podía sentir sus latidos. Apartó los dedos.

—Oh, no sé. Considérame estúpido, pero si tres hombres armados me persiguieran, con uno probablemente aún en mi habitación, mi primera llamada sería a la policía.

Ella apoyó una mano en su hombro y acercó la cara á la suya. A Nick le dio la impresión de que olía a melocotones.

—No te preocupes. Creo que soy capaz de manejar a un par de hombres armados yo sola. Forma parte de ser investigadora privada.

—Mmmm —musitó—. ¿Te ha dicho alguien que asustas? —estaba loca, era así de sencillo. Y si sa­bía lo que era bueno para él, él mismo debería ponerse a llamar a la policía en ese instante.

Ella sonrió, se apartó y le ofreció una vista des­pejada de su retaguardia. La camisa se había en­ganchado un poco en la cintura y revelaba el co­mienzo de un glúteo redondeado. Carraspeó.

—Además, ¿qué crees que diría la policía? — aportó miley con su fantástico paisaje; aunque Nick apostaba que no tenía ni idea de lo que ha­cía—. «¿Sabe quiénes eran esos hombres, señorita cyrus?» No. «¿Sabe quién querría hacerle daño, señorita cyrus?» No. Entonces cerrarán sus cua­dernos de notas y me dirán que los llame si pasa algo más —agitó la mano derecha, elevando aún más la camisa mientras se alejaba de él.

A Nick le costó un esfuerzo sobrehumano no ponerse a gemir.

miley lo miró por encima del hombro.

—A propósito —añadió—, no estás casado, ¿verdad?

—¿Casado? —graznó.

—Lo tomaré como un no —sonrió—. Bien. No querría que nadie sintiera celos por mi presencia aquí.

—¿Celos?

—Sí, ya sabes. Las esposas tienden a ponerse un poco frenéticas cuando se enteran de que otras mujeres se han quedado en el dormitorio de sus maridos.

—Sí, mmm, frenéticas. ¿A qué te refieres con eso de quedarse? ¿Qué... aquí?

—Sí —frunció el ceño—. ¿En qué otro sitio iba a quedarme mientras uno de esos tipos desa­gradables siga en mi suite? —no le dio tiempo para preguntarle nada más. Agitó los dedos y de­sapareció en el dormitorio—. Buenas noches,nick. Oh, y gracias otra vez —cerró la puerta.

Nick permaneció allí sentado largo rato con la vista clavada en la puerta blanca, mientras trataba de convencerse de que lo que acababa de suce­der había pasado de verdad. ¿Lo había dejado fue­ra de su propia habitación? Movió despacio la ca­beza. Era una locura. De hecho, nada de lo acontecido esa noche tenía mucho sentido.

La llamada a la policía cobraba un renovado atractivo.

Se puso de pie, en cinco pasos se plantó ante la puerta del dormitorio y la abrió.

—Creo que tú y yo necesitamos...

Tumbada boca arriba, con los labios ligera­mente abiertos, una sexy miley cyrus estaba profundamente dormida en el sitio exacto que había ocupado la primera vez que se vieron. Despacio se acercó a la cama. La sábana superior es­taba arrugada en torno a sus rodillas. Cruzó los brazos y suspiró. Luego alargó la mano para arre­glarle la sábana. Pero algo captó su atención. De­bía haberse movido para encontrar un punto que le resultara cómodo, porque la camisa se le había subido. El bajo le rozaba la parte superior de los muslos a solo unos centímetros de la zona que lo había vuelto loco desde que ella se la había tapa­do. Pudo imaginar los rizos bajo la tela suave. Tragó saliva.

Había algo decididamente decadente en estar ahí de pie, mirándola sin que ella lo supiera. Ima­ginando la piel húmeda y encendida oculta bajo el algodón.

«Contrólate», se dijo.

Movió la cabeza y giró hacia la puerta y el sofá que lo esperaba en la otra habitación. De pronto se detuvo. Miley estaba en un extremo de la cama. Eso dejaba libre tres cuartas partes del col­chón tamaño gigante. Se pasó una mano por el pelo. Los dos eran adultos. Desde luego, eran ca­paces de compartir una cama sin que el sexo fue­ra un factor determinante. Había espacio de so­bra. Ni siquiera se tocarían. A menos, claro está, que así lo desearan.

Ella se movió, se puso de costado y dobló una pierna. El movimiento hizo que la camisa se ten­sara sobre su bonito trasero.

¿Sin que el sexo fuera un factor determinante? Y un cuerno.
Abandonó la habitación y cerró con suavidad a sus espaldas.

5 comentarios:

  1. mmm solo me quieres mm bueno ya que jejeje me encaantho el capii super geneall
    me encaantho super duper y graxiias coraazoon

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  2. wow me encanto el cap cool q ran ahora esos dos mm
    en fin sube prontico y sabes q t kiero ando chipi sis ando con mieditis t extraño :( cuidate <3 bye

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  3. aaaaaaaah!!!
    sis estuvo genial!
    espero pronto el siguiente!
    sorry por no haber coment esk
    pues no pude estar en la compu en todo
    este tiempo =S
    por eso tampoco subir jeje xD
    pero yap me puse al corriente
    espero el siguiente pronto
    pliiis te lo suplico =D
    kuidathe
    te kiiiero!

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  4. Sube el siguiente pliis!
    Siguelaa es mui mui buenaa!
    Siguela plis! ^^
    CUIDATE! ♥

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