Sonrió. Le gustaba. Era un nombre sencillo y cotidiano, pero él distaba mucho de ser el Nick típico.
Lo observó mientras recogía unos vaqueros de una silla y se los ponía, haciendo que ella tragara saliva.
—Bien —dijo—. Tal como yo lo veo, disponemos de dos opciones —la sonrisa que exhibió hizo que ella sintiera un nudo en el estómago—. O volvemos a meternos otra vez en la cama...
A miley le costó creer que la idea le resultara muy, muy tentadora, a pesar de que no lo conocía de nada.
—¿Y la segunda?
Nick se mesó el pelo revuelto y se encogió de hombros.
—Me cuentas qué está pasando.
Una hora más tarde, nick estaba sentado a la mesa del salón frente a una hambrienta miley cyrus, investigadora privada, intentando no pensar que bajo la camisa que llevaba, su camisa, no había más que una piel perfecta. Se sentaba con una rodilla levantada contra el pecho, haciendo que él se preguntara cómo sería la vista por debajo de la mesa mientras ella se llevaba otra patata frita a la boca. Parte del trato que habían establecido involucraba pedir algo para cenar, y solo después le contaría lo que Nick quería oír.
—No puedo creer lo hambrienta que estoy — dijo ella, mordiendo una hamburguesa del tamaño de un plato y lamiéndose un poco de ketchup que le había quedado en la comisura de los labios—. Cuando antes volví a mi habitación no podía pensar en comida. Es asombroso lo que consigue un poco de acción, ¿eh?
Nick se irguió. Deseó que se refiriera al tipo de acción que a él le interesaba. La visión de la pequeña lengua rosada limpiándose los labios estuvo a punto de ser su perdición.
—Sí, supongo que huir de hombres armados te hace eso.
Miley dejó de masticar y lo miró. Y él se dio cuenta de que ella disfrutaba de la situación. No de su compañía ni de lo que había sucedido entre los dos, sino de ser perseguida por unos pistoleros... uno de los cuales aún podía seguir apostado en la habitación de ella, siempre que creyera la historia que le había contado.
—Supongo —confirmó ella moviendo la hamburguesa—. Lo gracioso es que no tengo ni idea de quiénes son o qué buscan, aun cuando sé que deben estar involucrados en el caso de la persona desaparecida en el que trabajo, pero si tengo en cuenta todos los callejones sin salida con que me topé hoy...
Nick supuso que disponía de unos cinco minutos antes de que ella se quedara sin resuello y esperara una respuesta. Se echó para atrás y cruzó los brazos para disfrutar de observarla. Jamás había visto a una mujer comer y hablar al mismo tiempo. Su madre se habría mostrado absolutamente horrorizada. Su padre probablemente habría emitido uno de sus típicos sonidos de desaprobación. Pero en lo único que podía pensar Nick era en lo sexy que era esa acción. Si encaraba la comida y la conversación con tanto vigor y pasión; no quería ni imaginarse cómo podría ser en la cama. Famélica. Insaciable.
Se frotó la barbilla con el dedo índice. No terminaba de descubrir qué había en miley cyrus que capturaba su atención. Los botones superiores de la camisa habían quedado desabotonados, y cuando se inclinó para tomar una patata de su plato intacto, la camisa se abrió y reveló una generosa extensión de piel. Casi gimió al recordar lo que había sentido al tener esos pechos redondos pegados a su torso.
Empezó a toser y alargó la mano hacia el vaso de agua para descubrir que ella ya se lo había bebido.
—Lo siento —se disculpó. Le extendió su refresco—. Supongo que también tenía sed.
Él también, pero no iba a manifestar en voz alta de qué. Se tragó el resto del refresco y alargó el vaso. Ella entrecerró los ojos y lo aceptó.
—Bueno, eso es todo. Ya sabes lo mismo que yo.
Nick se reclinó en la silla. Había pasado completamente por alto las pistas que solían dar las mujeres cuando se acercaban al final de sus monólogos. Lo cual lo dejaba con la guardia baja.
—Bueno, es... interesante.
—Estimulante —dijo ella con un brillo en los ojos—. Al menos después dé la parte del baño.
—Hmmm. El baño.
Miley rió y Nick tuvo la clara impresión de que se reía de él.
—No has oído ni una sola palabra, ¿verdad?
Él enarcó las cejas. Por lo general las mujeres se ofendían cuando no se les prestaba atención. Ella parecía divertida. Se rascó la cabeza.
—Claro que sí. Oí cada palabra —sintió que necesitaba realizar las objeciones simbólicas.
Ella apartó el plato y apoyó los codos en la mesa, luego cruzó los brazos.
—Entonces repíteme lo que dije.
Era algo a lo que estaba acostumbrado. Solo tenía que elegir unas pocas palabras que había recogido durante la última media hora y la convencería de que había escuchado.
—Está la persona desaparecida... el baño... los pistoleros.
—¿Y? —frunció los labios.
—Y —lo sorprendió su propia carcajada—. De acuerdo, tienes razón, no escuchaba.
—No pasa nada —miley agitó una mano—. No creo que fuera muy coherente. Probablemente no lo sea hasta que averigüe quiénes eran esos tipos y qué querían —miró a derecha e izquierda, luego se adelantó para escrutar el dormitorio—. ¿Ya son casi las dos? —comenzó a levantarse, pero él la aferró por la muñeca.
muy lindo el capi sis me re gusto espero el proximo... beshitoo sis !!
ResponderEliminaraaaaaaaaaaaaaw si son tan lindos estos csm :') ashdkjhsa xd me encanta! siguela! :D sube pronto
ResponderEliminarooww super duper el capiii
ResponderEliminarme encanto síguela pronto jejejeje
ResponderEliminarfue hermoso !!!!!!
ResponderEliminarespero el otro bye besos <3
wow genial el cap asi se empiezan a conocer ;) sube pronto corazon tkm cuidate bye
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